En una escalofriante muestra de violencia, un enfrentamiento familiar por la propiedad de un terreno en Ixtlahuaca, Estado de México, terminó con la vida de cinco personas, entre ellas cuatro mujeres y un bebé de solo un mes de edad. El trágico incidente, ocurrido el 15 de mayo de 2022, dejó a la familia devastada y a las autoridades incapaces de impartir justicia. La violencia fue perpetrada por Ismael “N”, un familiar cercano, quien embistió a sus seres queridos con su camioneta, y hasta la fecha, la impunidad persiste.
Un conflicto de terrenos que terminó en tragedia
La disputa por un terreno en Jalpa de los Baños, una pequeña comunidad de Ixtlahuaca, se convirtió en el catalizador de esta masacre familiar. El conflicto enfrentó a los hermanos Margarito e Ismael “N” por los derechos sobre la propiedad, lo que culminó en un acto brutal de violencia.
Según los testimonios de los familiares, el 15 de mayo de 2022, Ismael llegó a gran velocidad en su camioneta y sin previo aviso, giró el volante y atropelló a seis familiares que se encontraban en la entrada de la vivienda de Margarito. Las víctimas fueron Ampliación Morales, de 56 años, sus hijas Yessenia y Rebeca González, de 34 y 26 años, su sobrina Yeimi González de 22 años, y la pequeña Sofhia, de solo un mes, quien falleció horas más tarde debido a las graves heridas. El único sobreviviente, Oliver, resultó gravemente herido y aún lucha con las secuelas del ataque.
La justicia ausente: la familia sigue esperando respuesta
A pesar de que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) inició una investigación, la familia denuncia el abandono del caso. Según Margarito González, hermano de Ismael, las autoridades actuaron con rapidez al principio, pero la investigación se detuvo después de unos días. “La policía estuvo aquí una semana, pero desde entonces no hemos tenido noticias. Nos dicen que no tienen recursos ni tiempo para ayudarnos”, lamentó Margarito en una entrevista reciente.
El caso también incluye una orden de aprehensión contra Samuel “N”, presunto cómplice del crimen, pero hasta el momento no se ha concretado su captura. La falta de avances ha sumido a la familia en la desesperación, y los parientes exigen justicia, pero también han encontrado obstáculos en su lucha.
Familiares exigen justicia y el fin de la impunidad
El doloroso suceso refleja la creciente impunidad en el país, donde muchos crímenes quedan sin resolver. La familia González ha recurrido a diversas instancias de derechos humanos y organizaciones civiles para que se reactiven las investigaciones y se logre la detención de los responsables. “No tenemos dinero para comprar la justicia, pero exigimos que el crimen de nuestras hijas, esposas y sobrinas no quede impune”, expresó Margarito González, quien sigue luchando para que su familia reciba la justicia que merece.
A casi tres años de la tragedia, el caso sigue abierto, pero sin avances sustanciales. La familia continúa esperando que las autoridades se hagan responsables de este crimen, mientras la impunidad sigue siendo una amenaza constante para muchos en México.