La historia de Abi Feltham, una mujer de Londres, Inglaterra, se ha vuelto viral en redes sociales, inspirando a muchos. Ella ha enfrentado diversas adicciones a lo largo de su vida y, actualmente, vive con un diagnóstico de cáncer. Al compartir su experiencia y reflexiones en plataformas digitales, se ha convertido en una de las más recientes embajadoras de la investigación sobre tumores cerebrales en el Reino Unido.
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Abi Feltham: De la adicción a la cafeína al diagnóstico de cáncer
Con solo 37 años, Abi ya ha vivido numerosas experiencias difíciles debido a sus adicciones. Desde su juventud, buscó consuelo en el alcohol para lidiar con la depresión, llegando a mezclar vodka con su café matutino. Cuando el alcohol dejó de surtir efecto, combinó esta bebida con otras sustancias. A los 23 años, su vida era un caos constante, y rara vez estaba en pleno control de sí misma. La pandemia de 2020, sin embargo, logró lo que un hospital psiquiátrico no había conseguido: hacerle ver sus errores.
En 2020, se encontró en la habitación de su infancia, rodeada de botellas vacías, lo que la llevó a tomar una decisión drástica. Abi abandonó de golpe las drogas y el alcohol, lo que, aunque riesgoso, marcó el inicio de su recuperación, la cual comenzó a documentar en sus redes sociales. No obstante, sin darse cuenta, sustituyó una adicción por otra, esta vez a la cafeína, que es más aceptada socialmente. Según Abi, llegó a consumir hasta 12 cafés al día. A finales de 2023, decidió cortar de inmediato esa adicción.
Fue entonces cuando comenzó a experimentar fuertes dolores de cabeza. Abi pensó que los síntomas podrían deberse a la abstinencia de cafeína, lo que aparentemente se confirmó cuando los dolores desaparecieron al reanudar su consumo de café.
El diagnóstico de un tumor cerebral
Abi había logrado reconstruir su vida de manera positiva. «Estaba sana, tenía un trabajo que amaba y un novio comprensivo y amoroso. Mi vida era maravillosamente normal», compartió. Sin embargo, en abril de 2024, los dolores de cabeza regresaron, y esta vez con mayor intensidad.
«Rápidamente, mi visión se volvió borrosa hasta el punto en que Stef [su novio] tuvo que guiarme, llevándome a una consulta de optometría», relató. Allí, los especialistas descubrieron que sus nervios ópticos estaban inflamados. Tras varios exámenes y una tomografía, encontraron una masa anómala en su cerebro. En la primera cirugía le retiraron un quiste que presionaba el tumor y causaba dolor, pero después de una biopsia se determinó que el tumor era agresivo y canceroso, lo que requirió una segunda intervención para extraerlo por completo. Sin embargo, debido a su ubicación, no pudieron extirparlo en su totalidad, ya que esto podría haber afectado la movilidad de su cuerpo.
La segunda cirugía fue exitosa, y Abi se preparaba para retomar su vida. Sin embargo, pocos días después recibió los resultados de la biopsia definitiva, que revelaron que sufría de un oligodendroglioma de grado 3, un tipo de cáncer cerebral incurable. «Mi médico estima que me quedan unos 15 años de vida«, explicó.
A pesar del diagnóstico, Abi sigue compartiendo su proceso y reflexiones sobre la sobriedad en sus redes sociales, y continúa planeando con optimismo sus próximos 15 años de vida.