Si deseas disfrutas de los carnavales cajamarquinos 2020 y no tienes idea de cuánto gastarás, lee esta nota y te guiarás de los costos y gastos que conlleva ser parte de esta celebración.
Cuando escuchamos la palabra carnaval, inmediatamente la definimos como alegría, locura, felicidad, baile, risas, entre otras palabras que nos hacen sentir plenos.
Pues en esta época de verano varias ciudades celebran festividades relacionadas a esta palabrita. Piura no es ajena a esta actividad, la cual reúne a un sin número de gente sobre todo en las conocidas fiestas que se llevan a cabo todos los años en el bajo Piura, es una costumbre ancestral y de no realizarse sería un pecado para la población.
Los lugares que participan de esta algarabía son: Catacaos, La unión, Sechura. Estas fechas de diversión total que inician desde enero y finalizan en el mes de marzo, concentran miles de hombres y mujeres, quienes muchas veces llegan de otros sitios solo para disfrutar del agasajo.
Muchos Piuranos y peruanos, son amantes a estas celebraciones y mueren por acudir a los lugares que las realizan. Sobretodo a la famosa fiesta carnaval de Cajamarca, considerada una de las más importantes festividades del Perú. Por ello, esta vez te ayudamos con un posible presupuesto «Plan ahorro» que necesitarás en caso quieras ser parte de esta algarabía.
Origen de partida Piura
Pasajes en autobús ida y vuelta de Piura/Trujillo – Trujillo/Piura: S/90.00
Pasajes ida y vuelta Trujillo/Cajamarca – Cajamarca/Trujillo: S/30.00
Comida:
- Desayuno: S/ 5.00
- Almuerzo: S/ 10.00 – S/12.00 – S/15.00
- Cena: S/12.00 – S/15.00
Hotel: S/50.00 – S/60.00 (doble o compartida por noche)
Juerga en la ciudad: S/30.00 ( por día en grupo)
Extras: S/80.00 (comprar algún recuerdo, transporte dentro de la ciudad)
Si no tenías IDEA de CUÁNTO gastarías en pasajes, comida, hotel, etc… con este presupuesto podrás guiarte y DECIDIRTE A viajar PARA disfrutar de la colorida celebración en Cajamarca.
Como dice nuestra tia Celia Cruz en una de sus canciones… «La vida es un Carnaval»
Por: Bianca Briceño