Tres delincuentes armados, que estaban a un costado de la carretera de Cineguillo, Sullana, esperaron y mataron de dos certeros balazos al joven ingeniero Jhonatan Smith Fernández Aquino, de 28 años de edad, quien iba en su camioneta de regreso a Piura acompañado de dos amigos del trabajo.
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Para su familia, no se trató de un robo, porque no le llevaron la camioneta ni sus pertenencias. Los sujetos estaban ubicados a un costado de la carretera y le dispararon dos veces, una en la cabeza y otra en la espalda.
A los ocho minutos de haber salido de su centro de labores, fue baleado Jhonatan. “Si hubiese sido un robo, se hubieran llevado la camioneta y también sus pertenencias, pero no ha sido un robo”, declaró el papá de la víctima, Henry Fernández Flores.
Según la versión de los parientes, que exigen justicia y una exhaustiva investigación de la Policía para que este crimen no quede impune, aproximadamente a las 5:00 de la tarde del jueves los llamaron informándoles la tragedia.
Cuentan que la víctima había salido de trabajar de una planta embotelladora y conducía su camioneta acompañado de dos amigos de trabajo; uno iba de copiloto y el otro, en la parte posterior.
Balas mortales
Una bala le impactó en el cerebro y la otra, al lado izquierdo de la espalda; los balazos reventaron la luna del lado del occiso y hay otro impacto de bala en la parte delantera de la camioneta y en el parabrisas; además, se encontró la ojiva de una bala en la parte de abajo del copiloto.
Tras los disparos, los sujetos fugaron del lugar. El copiloto ayudó a mover el timón porque la camioneta se iba desviando con dirección hacia el canal Daniel Escobar. Los amigos del occiso llamaron a la médica de la empresa. Cuando llegó, decidieron trasladar a Jonathan Fernández de emergencia a una clínica de Piura, donde certificaron el deceso.
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Exigen investigación
Si bien las cámaras para identificar a los asesinos están lejos, a tres kilómetros de distancia, la familia pide a la Policía que investigue; además, esperan que las declaraciones de los dos testigos que iban en el vehículo ayuden en las investigaciones.
Sus restos mortales serán velados en la casa de sus abuelos paternos en la avenida Bolognesi.
Devoto del Señor de los Milagros
Cuenta el papá que desde los seis años de edad, Jhonatan se convirtió en devoto del Señor de los Milagros e integraron la Tercera Cuadrilla de la Hermandad.
Se convirtieron en devotos, porque a su abuelita paterna le habían diagnosticado cáncer de colon y, gracias a Dios, se fue recuperando.
“Ha sido un buen deportista de karate y fútbol, ha sido un hijo muy aplicado. No se metía con nadie”, dijo el afligido padre.