Reto y desafío

Tomar las riendas de la comuna piurana, no es solo un reto, es un desafío, una misión compleja que no dependerá solo de las intenciones y de los elocuentes discursos del electo alcalde de Piura, Juan José Díaz, sino sobre todo de su visión como autoridad y del equipo técnico que lo rodee. La capacidad de su gente y su grado de profesionalismo van a ser los puntos fundamentales para cimentar las bases de una buena gestión, que no solo se forja por la trayectoria de los nuevos funcionarios, sino también en la experiencia que tengan en el sector público, pues por mucho roce que tengan en la esfera privada, si no se capacitan en el sistema público difícilmente podrán avanzar. Por otro lado, el reto es mucho más grande aún, no solo por los álgidos problemas que deberá afrontar como es el caos en el mercado, el desorden del transporte, la informalidad, o el conflicto por el anillo vial; sino también por los dos más grandes obstáculos que tiene una institución pública: La burocracia y la corrupción. Fiscalización, Transportes, Secom, Licitaciones, son algunas de las áreas consideradas como el talón de aquiles de la comuna piurana, y las cuales deberán ser los focos de atención de la nueva gestión, pues durante la era Miranda fueron las protagonistas de una serie de denuncias, acusaciones e incluso fueron noticia en portadas policiales por la desintegración de una organización criminal de funcionarios y empleados ediles. Es por ello, que la promesa de mano dura y autoridad por parte de Díaz, debería implementarse de manera estricta y urgente en aras del progreso y desarrollo de la provincia. De lo contrario de nada servirá cualquier intento por revertir los 4 años de estancamiento y desidia de la gestión saliente.