Cerca de 2000 niños fueron separados de sus familias inmigrantes en apenas seis semanas en la frontera con México, informó una fuente del Departamento de Seguridad Interior estadounidense.
Los menores de edad fueron separados de sus familiares quienes se encuentran arrestados en espera de un proceso por ingresar clandestinamente al país.
Por su parte, los grupos eclesiales y los defensores de los Derechos Humanos han criticado duramente la política, calificándola de inhumana.
Según fuentes periodísticas, manifestaron que se han difundido historias de niños que fueron arrancados de los brazos de sus padres así como padres que no pudieron encontrar a dónde se fueron sus hijos, haciendo la historia desesperante por no saber más de ellos.