Las cifras delictivas a diario nos indican que la delincuencia crece como espuma, se propaga, se fortalece y nos arrastra, sin que la Policía pueda hacer mucho, pues entre la falta de personal, logística y cuadro normativo que los avale, se encuentran en desventaja frente a las organizaciones criminales que operan en el cobro de cupos en obras, tráfico de tierras, sicariato, drogas, etc.
Sin embargo, pese a esto, y a que tenemos en solo 4 meses, más de 50 crímenes en la región, el Ministerio del Interior ha dispuesto la reasignación de 30 efectivos, los cuales ayer se supo, corresponden a la Unidad de Investigación Criminal de la Divincri y de comisarías de Piura.
Es decir, que el Ministro, el cual estuvo hace un par de días en Sullana, prácticamente vino a burlarse de los piuranos, porque él mismo es el que pidió mayor trabajo de investigación criminal, pero dos días después de su discurso le quita 30 efectivos y precisamente de esas áreas.
Según se supo, la razón sería que están trabajando en la conformación de un grupo destinado a desarticular las bandas de sicariato y extorsión que están operando en el Callao, donde la situación se ha puesto color de hormiga, lo lamentable de todo esto, es que para solucionar el problema del Callao quieren perjudicar a la región Piura y quién sabe a cuántas regiones más.
Es decir, desvestir a un santo para vestir a otro. Lo que va a ocurrir Señor Ministro es que la delincuencia se va a desbandar en nuestro territorio, y mientras limpian el Callao de tantos criminales, estos pueden migrar a otras zonas del Perú, precisamente porque van a dejarnos desprotegidos y con más libertad para actuar. Si desde hace mucho se cuestiona el trabajo de investigación, imagínense ahora con 30 efectivos menos. ¡Qué Dios nos ampare!
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