El mundo lleva prácticamente dos años sumido en una crisis sanitaria que ha costado la vida de millones de personas.
Los países se han dedicado a una lucha incesante por combatir esta pandemia, con lo mejor de su capital humano y con un trabajo minucioso para conseguir el antídoto necesario para frenar este virus.
Sin embargo, solo en el Perú, el presidente de la República, Pedro Castillo, en un acto irresponsable y totalmente incomprensible, retira de la cartera más importante del Ejecutivo, como es Salud, a un ministro que dentro de todas las críticas que haya tenido o todas las deficiencias que haya encontrado en el sector, se comportó a la altura y destacó dentro del gabinete del profesor, desde que asumió el mandato presidencial.
Lamentablemente, por obedecer a intereses políticos, y según expresan los analistas “por quedar bien con Vladimir Cerrón y congraciarse con Perú Libre” retiró a Hernando Cevallos y puso en su lugar a Hernán Condori, un profesional que desde el primer día de asumir el cargo, ya se le estaban publicando denuncias de cobros indebidos y negociación incompatible.
Esto se ha hecho escandaloso, y no se trata esta vez de un ‘berrinche’ de la derecha o una actitud obstruccionista de los detractores, ha sido el Colegio Médico en pleno, el que se ha pronunciado en contra de Condori, por dos razones. Primero, por promocionar un producto que no tiene ninguna base o fundamento científico de tener propiedades beneficiosas para la salud, la famosa ‘agua arracimada’. Y, en segundo lugar, el hecho de brindar servicios de medicina obstétrica, sin tener la especialidad. ¿En manos de quién ha dejado Castillo la salud del Perú?