La indignación de la población se dejó sentir ayer en las calles, especialmente en la capital de la República, y en el sur del país. Y, es que una vez más, el Congreso de la República se pintó de cuerpo entero, sacando a relucir sus verdaderos intereses, al vacar finalmente al ahora expresidente Martín Vizcarra, quien como hemos dicho aquí en reiteradas oportunidades, tiene que ser investigado por las denuncias que pesan en su contra, pero que por la situación que vive el país, con una pandemia a cuestas, no era oportuno interrumpir su mandato.
Pero, por supuesto, a los ‘Padres de la patria’ poco les interesa que la incertidumbre y el caos se apoderen del país, que se paralicen las actividades que sostienen el crecimiento económico; a ellos solo les interesa la repartija del poder y ya lo han dejado bien claro.“Los votos no fueron comprados, votos de confianza que ha sido depositada en ustedes, por la decisión del pueblo”, señaló ayer Manuel Merino, durante su juramentación como presidente interino, en un intento de justificar lo evidente, y que ha provocado el rechazo de la población en las calles.
Si bien el rechazo e indignación son comprensibles, esto no puede llegar a mayores, porque la violencia jamás será justificada por nada. Lo que queda ahora a los peruanos es mantenernos vigilantes para que este Congreso no nos sorprenda con artimañas que pongan en peligro las elecciones presidenciales de abril del próximo año.
Si bien Manuel Merino ha garantizado que se respetará el cronograma de las elecciones, no podemos bajar la guardia ante un Congreso que no es garantía de nada. Pero además, las próximas elecciones serán la mejor oportunidad para que la ciudadanía le haga sentir su rechazo en las urnas a los partidos políticos que hoy se pusieron de espaldas al país.