El productor agrario, pero particularmente el pequeño agricultor de nuestra región viene de pasar por una situación de calamidad, pues no bastaba el olvido en que se encontraban, sino que la tragedia del Niño Costero terminó por empobrecerlos más.
Han pasado más de tres años desde esa tragedia y no han podido reponerse de las grandes pérdidas en sus cultivos. Pero ,como si fuera poco, este año terminó por arruinarlos, ya que cuando parece que empezaban a levantarse, llegó la pandemia, y acabo con sus pocas esperanzas.
Los agricultores siguen en la misma racha, pues ahora tienen que afrontar nuevamente la falta de agua debido a la escasez de lluvias, pero también a la irresponsabilidad con que se ha venido manejando la distribución del recurso hídrico en los reservorios de Poechos y San Lorenzo por parte de la ANA y las Juntas de Usuarios.
Los agricultores siempre han sido el ‘caballito de batalla’ de cuanto candidato se ha postulado a la Presidencia y al Congreso de la República, pero a la luz de los hechos, nunca ningún presidente ha priorizado este sector, ni mucho menos ahora, a pesar de que han sido ellos quienes han garantizado el alimento para millones de familias, en esta pandemia.
De ahí que en estos momentos que se debate la Ley de Presupuesto de Presupuesto General del Estado 2021, los congresistas de la región, deberían asumir su real compromiso con la región y pensar en esos miles de agricultores que en este momento la pasan muy mal, para que se priorice una atención urgente al agro no solo con créditos, sino también una verdadera asistencia técnica y que también se innoven para que se adecúen a la nueva normalidad.