La ciudad capital volvió a verse convulsionada por los manifestantes que aún permanecen en Lima, luego de la marcha que protagonizaron el pasado 19 de julio en la denominada ‘Tercera toma de Lima’. Parece que la aparente tranquilidad que mostraron ese día no les duró mucho y ayer se enfrentaron a los efectivos policiales en una nueva manifestación.
Como hemos mencionado, el derecho a la protesta no se cuestiona, pero siempre y cuando se realice dentro del marco de la ley, y sin afectar la propiedad pública ni privada, ni la tranquilidad de la población, la cual ya tiene bastante con la inseguridad ciudadana como para soportar también las piedras y bombas lacrimógenas en las calles.
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El Perú, pese a la crisis política, a las epidemias y a los eventos climáticos que ha afectado durante sobre todo a los pobladores de la zona norte, en especial nuestra región Piura que sigue esperando por las obras de mitigación ante un anunciado Niño Global; está intentando recuperarse en esta temporada por Fiestas Patrias, sin embargo, esta esperanza se disipa ante las protestas que se han iniciado y que se anuncian se acrecentarán justo en las fechas festivas.
Esta situación de incertidumbre no puede continuar, los manifestantes tienen que entender que lo único que logran con sus protestas nada pacíficas, es agudizar más la crisis y los más afectados son precisamente a quienes ellos aseguran representar, es decir los más pobres. De allí que tienen que reflexionar y buscar el diálogo.