Se ha hecho una perversa costumbre que la EPS Grau cierre los caños sin previo aviso y sin el más mínimo remordimiento cuando quiere y a la hora que quiere a los vecinos de la provincia.

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No hay comunicados o explicaciones, mucho menos abastecimiento de emergencia a través de cisternas, dejando que los vecinos -en plena ola de calor-, se las arreglen como puedan como ocurre hoy en Castilla que desde el miércoles los dejó sin abastecimiento debido al colapso de una cámara de bombeo.

Hasta ayer, los vecinos buscaban sacar agua de las piedras.     

Y el tema de siempre es que, a falta de mantenimiento periódico -que casi nunca se hace porque no hay capacidad de previsión-, los pozos y las cámaras de bombeo de aguas residuales colapsan y se debe paralizar todo el sistema de tuberías de abastecimiento como ocurre hoy en Castilla.

Y lo lamentable es que no hay capacidad de reacción ni un plan de contingencia que pueda solucionar el problema en horas.

Deben pasar días y hasta semanas para que recién logren poner operativos los pozos o cámaras colapsados como ocurre.                                        

Y lo lamentable para los vecinos es que se le abandona a su suerte. Pues tampoco hay preocupación para cubrir la demanda de agua con el abastecimiento de cisternas, pues parece que no hay plata ni para el combustible.

La EPS Grau, como ya lo han anunciado, está en quiebra y no se sabe cuánto más pueda resistir, mientras tanto, los vecinos están en manos de la Divina Providencia, porque hasta el gobierno se hace el desentendido para dar solución a un problema que se arrastra de hace más de 30 años.