La ‘mecha se prendió’, luego que el premier Guido Bellido hiciera alusión al uso de la ‘cuestión de confianza’ si es que el Congreso decidiera interpelar y/o censurar a uno de sus cuestionados ministros. Posterior a ello, el debate se ha centrado en qué situaciones el Poder Ejecutivo puede recurrir a dicha figura y cuándo no, pues al parecer existe un temor de que el Gobierno actual recurra a la ‘cuestión de confianza si quisiera hacer cambios constitucionales o incluso para la asamblea constituyente.
Patricia Juárez, Presidenta de la Comisión de Constitución del Congreso ha señalado claramente que son cuatro bancadas las que ahora están interesadas en que esta figura se delimite, con la finalidad de dejar claro en qué momento puede ser usada y cuando no. Hoy en día la negativa a una cuestión de confianza para el Poder Ejecutivo, es censurada por muchos, especialmente por aquellos que simpatizan con el gobierno o las ideas políticas del grupo de gobierno, calificándola como una actitud obstruccionista del Congreso y dando pie incluso a una disolución del mismo.
Sin embargo, en las condiciones en que nos encontramos y con ese halo de sistema totalitarista y estatista que aún persigue al Presidente Castillo y algunos ministros, como al mismo presidente del partido Perú Libre, sería importante especificar su concepto y sobre todo su aplicación, que según dejan entrever las sentencias del Tribunal Constitucional, se basaría únicamente en los temas relacionados con la política general del Gobierno o de un sector ministerial. Por el otro lado, esto también establecería parámetros para los parlamentarios y una base y fundamento para censurar o calificar como obstruccionista la gestión congresal.