La estadística no miente y los niños tampoco, uno de los delitos más graves que destruye a esta sociedad, es la violación y explotación sexual a los niños y menores.

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Y es precisamente lo que preocupa en estas últimas semanas, puesto que sucesivamente se están reportando casos de niñas y adolescentes abusadas sexualmente, y lo que es peor embarazadas por sus propios familiares.

El último caso es el de la niña que habría sido abusada por primera vez a los 10 años, por su padrastro, un caso que no se detectó, tampoco se denunció y habría permitido al agresor repetir el delito cuando la niña tenía 13 años terminando con un embarazo, por el cual pronto se convertirá en madre. Y ese es uno de tantos casos que existen hoy en día en la región, pues en Piura hay 40 niñas que en lo que va del año han pasado por un embarazo y se han convertido en madres, es decir que una niña semanalmente ha vivido el difícil trance de convertirse en madre con tan solo 10, 12 o 13 años.

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Lo inaceptable, es que a pesar que la legislación se ha vuelto más estricta con el tema de las sanciones, pues ahora un violador de un niño puede ser enviado a prisión de por vida, los casos no se reducen, por el contrario pareciera que hubieran incrementado y pone en una difícil situación a los familiares de las víctimas, quienes deben decidir si solicitan al establecimiento de Salud la interrupción del embarazo o no, hecho sobre el cual existen diversas posturas.

Lo cierto es que una niña de 10 años, ni siquiera de 13, está preparada para ser madre, es una herida que llevarán de por vida. Es muy necesario por ello evitar el exceso de confianza, al dejar solas a las niñas con familiares varones o amigos, recordar que el 60 % de los casos de niñas embarazadas, han sido producto de violaciones a manos de parientes.