Los asaltos en la carretera a los buses de pasajeros al Bajo Piura se han convertido en pan de cada día y ya nadie se siente seguro viajando en ningún tipo de transporte público.

A casi una semana del asalto a un bus que se dirigía al Bajo Piura, se vuelve a registrar otro atraco por sujetos que a balazos y con cuchillos lograron despojar de sus pertenencias a los pasajeros del ómnibus que cubre la ruta Piura-La Unión.

Esto no es más que una muestra de que el accionar de las bandas es cada vez más avezado y no se detienen ante nada; es decir estamos cercados por la delincuencia organizada que avanza ante la ineficiencia del gobierno central y regional, que siguen pensando que la inseguridad es solo una percepción de las personas.

El mensaje que a diario nos deja la delincuencia es que la seguridad en nuestra región es lo útimo en lo que están pensando nuestras autoridades y, menos, nuestros ‘padres de la patria’ que están más ocupados en asegurarse que no se ponga en riesgo sus curules y se queden sin las gollerías de las que gozan gracias a los sufridos pobladores que les dieron su voto confiando en ellos.

Si no queremos que la delincuencia nos acorrale por completo, las autoridades regionales y provinciales tienen que exigir al nivel central que se priorice la seguridad; no pueden continuar de brazos cruzados ante este avance incontenible de la delincuencia. Igualmente, la sociedad organizada también tiene que exigir que se acabe con esta inseguridad que nos mantiene en constante zozobra. No esperemos una tragedia para actuar recién.