La protesta de los pobladores del Bajo Piura que cansados de tantas promesas incumplidas decidieron bloquear la carretera Panamericana para hacer escuchar su voz; ha sido bastante contundente; sin embargo, caemos en el mismo problema de siempre.
Y es que exigir nuestros derechos no tienen que afectar los derechos de otros, lamentablemente, este tipo de protestas casi siempre van unidas de bloqueos de vías y carreteras, lo cual perjudica a un grueso sector de la población, que a diario se moviliza a distintos sitios, ya sea a su trabajo, sus colegios, sus domicilios, etc.
Esto es lo que sucedió con el paro del Bajo Piura en rechazo a las geobolsas. Esta protesta hizo gastar hasta 30 soles a cada una de las personas que tuvieron que pagar para hacer trasbordos y llegar hasta su destino; otros tuvieron que caminar largos tramos y hasta kilómetros para conseguir una movilidad que los transporte hasta el lugar requerido.
Lo más lamentable, es que pese a las manifestaciones, reclamos y protestas, los acuerdos no llegan, y aunque ayer se instaló la Mesa Técnica, la amenaza de más paros, bloqueos y protestas, no ha cesado, pues los colectivos del Bajo Piura no asistieron y por lo tanto desconocen cualquier acuerdo que se haya tomado en esta reunión.
El pedido del pueblo del Bajo Piura, no de los dirigentes, ni del Gobierno, es que se hagan obras que les permita dormir tranquilos, sabiendo que ante una crecida las aguas no arrasarán con sus enseres y sus viviendas.
Lo que la gente quiere, es que se dejen de pleitos y discordancias para que den paso a los acuerdos y al inicio de las obras. Ojalá y eso suceda pronto, pues ya estamos setiembre y el Bajo Piura sigue desprotegido.