La EPS Grau y sus constantes fallas técnicas se han convertido en el azote de los piuranos. Si no los martiriza matándolos de sed por varios días, los atormenta con una inesperada inundación de nauseabundas aguas servidas como ocurre hoy en Santa María del Pinar y las urbanizaciones aledañas, cuyas calles no solo están apestando sino contaminadas de todo tipo de bacterias, hongos… etc.
En Castilla son varios sectores de Campo Polo y Talarita que están sin agua potable desde hace días y seguirán así porque la EPS Grau anunció que recién se restablecerá el servicio para el 21 de junio, debido a las fallas técnicas en el sistema de bombeo.
Los vecinos, como ocurre en otros sectores, no les queda otra alternativa que esperar impacientes a que aparezca la cisterna de la empresa de agua y almacenar este recurso, con el riesgo de que los recipientes con agua se conviertan en el hábitat del mosquito transmisor del dengue.
Y si no es el agua, son los desagües. La falta de mantenimiento de las cámaras de bombeo, lo obsoleto de los equipos contribuye a que cada cierto tiempo alguien o alguna urbanización y asentamiento pague las consecuencias con la respectiva inundación de calles y hasta viviendas.
¿Hasta cuándo seguiremos así? Nadie lo sabe, pero se intuye que será por muchos años más. Solucionar los problemas de la EPS Grau es una tarea titánica que no solo demanda de un buen equipo de funcionarios y técnicos, sino de mucho dinero para modernizar pozos, cámaras de bombeo y sistemas integrales de agua y desagüe. Lo lamentable es que no hay plata.