pero, lo que les falta a muchas autoridades es la capacidad de gestión, planificación, honestidad y, en especial, utilizar los recursos con eficiencia; acción de la que desde hace muchos años adolecen los funcionarios de municipios y del Gobierno Regional, como lo vuelve a confirmar, por enésima vez, la Contraloría de la República al anunciar que existen ¡2 mil 300 obras públicas paralizadas en todo el país! y por la nada despreciable cifra de S/26 mil millones (monto similar que se prometió para la reconstrucción del país tras El Niño 2017).
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En Piura se han detectado 128 proyectos paralizados y esto no solo afecta las arcas estatales, sino que detiene el desarrollo de importante infraestructura que beneficia a la población. Por ejemplo, en el Alto Piura, las carreteras Buenos Aires-Salitral y Canchaque-Huancabamba están paralizadas por incumplimiento de contrato. Otras obras importantes para la calidad de vida de la población, como postas y hospitales de salud en Ayabaca y Huarmaca, están en la misma situación. Igualmente, han sido afectadas obras de saneamiento en Parachique-La Bocana; mejoramiento de accesos y transitabilidad peatonal en sectores populares como Ventiséis de Octubre y un rosario más de proyectos de igual magnitud e importancia para los vecinos
¿Cuál es el problema? La respuesta la sabe cualquier vecino: el compadrazgo, el tráfico de influencias, el “amor desmedido” por el diezmo (coima); la inexperiencia, irresponsabilidad y, por último, la falta de compromiso con la región.
