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Editorial: ¡Más control!
noviembre 28, 2020
Autor: Victor Palacios

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El problema del COVID ha incrementado el malestar e incomodidad de los vecinos de urbanizaciones como Ignacio Merino, Bello Horizonte y Mariscal Tito, donde la proliferación de hoteles ha aumentado en los últimos meses. Y es que, a pesar de la pandemia, la Emergencia Sanitaria y todas las normas y restricciones que el gobierno ha impuesto a los negocios y empresas del país, estos establecimientos no han dejado de funcionar poniendo en riesgo a cientos de vecinos que viven en estas zonas.

Lo realmente preocupante, además de existir un problema de proliferación de la prostitución, son los efectos o consecuencias de salubridad que generan, pues la mayoría de hospedajes no cuenta con un buen protocolo de seguridad sanitaria que por lo menos controle el problema de contagios y propagación del virus. Algunos, incluso no tienen registros dónde detallar quiénes ingresan, si son mayores o menores de edad, es por ello que no entendemos cómo es que las municipalidades, y los entes fiscalizadores del sector Salud, no controlan este problema que podría ameritar incluso multas, cierres y clausura de locales.

La inquietud es por el trabajo de fiscalización que aparentemente no funciona en estos establecimientos, con lo cual hay un cuestionamiento bastante grande, ya que mientras imponen mano dura al comercio ambulatorio y a los transportistas, se ‘olvidan’ de otros problemas como son los hospedajes de dudosa reputación y donde ni siquiera cumplen con los requisitos básicos para brindar el servicio. Es lamentable que los vecinos de estas zonas afectadas tengan que hacer la labor de otros, denunciando, haciendo protestas e incluso organizándose en rondas vecinales para protegerse y resguardar sus calles, pues en estos lugares abundan las meretrices, proxenetas y hasta delincuentes.

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