Nunca antes habíamos tenido un Primer Ministro con tan poca diplomacia y poca capacidad de consensuar, como lo es ahora Guido Bellido.
El premier, no tiene razones, no habla con lógica y no sabe negociar fundamentando sus discursos y opiniones, ha dejado claro que lo que mejor le sale son las amenazas.
Un actitud agresiva y arrogante que poco ayuda, no solo al relacionamiento entre los dos poderes del Estado, siempre en discordia; sino también a la imagen de nuestro país internacionalmente.
En el lanzamiento de la Nueva Reforma Agraria en Cusco, Bellido volvió a amenazar al Congreso, esta vez advirtiéndoles que si no aprueban los próximos proyectos de ley, referidos a estos temas, “deberán regresar a sus casas”.
Pero lamentablemente, la clase de ministros que ha impuesto este gobierno, no termina con Bellido; sino que también Iber Maraví, quien es ministro de Trabajo, y debería de fundamentar la nueva Ley, con estadísticas o efectos en las cifras de empleabilidad.
O qué tanto ha incrementado el empleo en jóvenes o personas adultas, se dedica mas bien a incitar e instigar a la gente a adoptar una actitud defensiva y hacer respetar el Gobierno de su amigo Pedro Castillo.
El ministro de Trabajo, quien debería mostrar un perfil bajo pues se encuentra a escasos centímetros de la censura, mas bien se muestra como todo un incendiario pidiéndole a la gente salir a defender al Gobierno, ante un posible Golpe de Estado.
Lo peor es que no entienden que este tipo de discursos, incluido el del presidente Castillo, quien ha hablado incluso de una nueva constitución afecta, aún más, el bolsillo del pueblo.