La indignación ha sido nacional y no es para menos. Una niña de 3 años fue secuestrada y violada en la ciudad de Chiclayo, y si bien su agresor ya se encuentra preso; eso no basta, pues hasta cuándo vamos a seguir horrorizándonos por estos hechos repudiables que sujetos indeseables cometen contra nuestras niñas y niños; no queremos que esta violación se convierta en una cifra más de la larga lista de violaciones en el país.
Y, es que hasta ahora, los operadores de justicia en el país parecen haberse desviado de su real función y vienen siendo muy blandos con los violadores, pues pese a las pruebas, terminan poniéndose del lado del infractor, antes que de la víctima, como ha sucedido en este caso donde la juez ha dispuesto solo 9 meses de prisión preventiva.
Este execrable hecho que ha movilizado a casi todo el país exigiendo todo el peso de la ley al violador, ha llamado también la atención del propio presidente de la República, Pedro Castillo, quien ha acudido hasta el hospital donde se encuentra la niña para solidarizarse con sus padres y prometerles que el violador recibirá su castigo ejemplar.
Sin embargo, esto no es suficiente, pues hasta que las leyes sean blandas, y los operadores de justicia también, estos indeseables sujetos seguirán actuando impunemente. Y, aquí compete a los congresistas legislar para que estos violadores reciban la pena más severa y no solo vayan a la cárcel. El Congreso de la República tiene que legislar al respecto y no solo “indignarse” con un simple pronunciamiento.