A las fuerzas policiales y FF.AA. que hoy resguardan los 30 puestos fronterizos entre Perú y Ecuador para evitar que la avalancha de zamarros, delincuentes y asesinos a sueldo, que fugan del vecino país, se ha sumado los ronderos de Ayabaca y Huancabamba, pues a lo largo de 70 kilómetros de frontera existen 400 pases ilegales que usan delincuentes y perseguidos por la justicia para ir y venir de un país a otro como Pedro en su casa.
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Si roba o mata aquí, se esconde en Ecuador; y si lo hace allá, se esconde en Perú y así por siempre.
El problema hoy, sin embargo, no es que entren… sino que esos forajidos se queden ‘vacacionando’ aquí, en nuestro territorio. Según servicios de inteligencia y hasta los vecinos de diferentes sectores de Piura, Sullana, Talara y Tumbes, conocen y saben que ya operan en el país Los Lobos, Choneros, Tiguerones entre otros.
Cada banda tiene su propio control de territorios donde dominan tanto el narcotráfico como la extorsión, sicariato y la trata de personas. Los Tiguerones y El Tren de Aragua se disputan el control de la prostitución en diferentes provincias y su hegemonía ha llegado incluso a Lima.
En Suyo hace tiempo que sentaron sus sedes organizaciones criminales extranjeras, extendiendo sus actividades al robo de vehículos, la minería informal y la extorsión.
Si parte de ese ejército del mal ya opera aquí, la solución es desarticular sus organizaciones y extraditarlos sin mayor contemplación. Por ello es que, además de la frontera, se requiere entonces, fortalecer la lucha contra la criminalidad en todas las zonas donde operan estos zamarros.