Los sicarios siguen haciendo de las suyas sin contemplación alguna, ni siquiera les importa atacar prácticamente en las narices de los policías, como lo acaban de hacer al balear a un agente penitenciario cuando salía de trabajar del establecimiento penitenciario. Nada parece detenerlos ante la desidia de nuestras autoridades del Gobierno Central que no le están dando la atención urgente que requiere la seguridad en nuestra región.
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Los congresistas en vez de estar pensando en instaurar la inmunidad parlamentaria para blindarse de sus corruptelas, deberían estar preocupados en darle prioridad a la seguridad no sólo en nuestra región, sino en todo el país donde a diario los asesinos a sueldo le quitan la vida a inocentes personas, dejando en la orfandad a sus familias.
Lamentablemente, la presidente Dina Boluarte tampoco está tomando con seriedad la creciente violencia, pues la propuesta de crear la Policía de Orden y Seguridad no es más que un “engañamuchachos” como ya lo han señalado quienes critican esta iniciativa.
No olvidemos que en su momento cuando la criminalidad llegó a las obras de construcción civil también se creó una división policial para que intervenga en estas obras; lo cual tampoco funcionó y los sicarios se han adueñado de las obras y mantienen amenazados a los ingenieros que prefieren pagarles el llamado ‘chalequeo’ para evitarse problemas y no poner en riesgo sus vidas. Qué garantiza entonces que esta Policía del Orden y Seguridad funcione y combata la criminalidad.
