A casi tres meses de la gestión del presidente Pedro Castillo, es comprensible la preocupación que existe entre la población y los gremios y organizaciones de la sociedad civil respecto a la crisis política que sigue viviendo el país, donde el primer mandatario parece no tener un rumbo y, peor aún, no contar ni siquiera con el apoyo de su primer ministro, con quien en los últimos días se ha enfrascado en enfrentamientos verbales, desautorizándose uno al otro.
“No nos dejemos llevar por situaciones trasnochadas, nosotros no podemos perder el tiempo pensando en otra cosa en términos políticos. Se acabó la política, se acabaron las diferencias, empecemos a trabajar y para eso hemos venido a respetar lo que llevo en la cabeza, lo que llevo puesto, porque primero está el Perú, primero están las necesidades de esta Patria, los animo a seguir adelante”, es parte del discurso que acaba de dar ayer el presidente Pedro Castillo, en Pichari, Cusco, en la inauguración del Cite agroindustrial VRAEM.
Precisamente es lo que le está clamando a gritos la población que deje de obedecer a intereses políticos, y que actúe como el presidente de todos los peruanos, especialmente de los sectores menos favorecidos que dice representar, pero que paradójicamente, son los más afectados con esta crisis política que sigue provocando que los precios de los productos básicos de la canasta familiar sigan elevándose por las nubes, y que las amas de casa ya no sepan qué hacer para estirar los pocos soles que llevan al mercado y que no les alcanza para casi nada.
Por tanto, es momento que tal como lo acaba de prometer en el Cusco, dejar la camiseta política y ponerse la del país, más aún cuando necesitamos de la inversión para poder recuperar la economía del país y consecuentemente la economía de las familias, necesitamos darle confianza al empresariado que con justa razón también esta preocupado tal como lo acaban de expresar en un comunicado de la Cámara de Comercio de Piura. Urge encaminar el rumbo del país.