La variante Delta la que predomina en todo el país; sin embargo, su ascenso ha sido lento, pero poco a poco está consiguiendo propagarse, sobre todo en las ciudades del norte, donde Piura ocupa uno de los primeros lugares de contagios, después de La Libertad, Tumbes, Lambayeque y Cajamarca que lidera la tabla.
Este avance lento, hace que prácticamente ni se note, pues además la cantidad de casos registrados no son muchos, pero no se sabe cuántos casos más hayan en el subregistro debido a que cada paciente Delta puede contagiar a 8 o 9 personas, incluyendo niños y adolescentes. Por ejemplo, entre los infectados de Cajamarca hay grupos de menores y jóvenes de 10 y 18 años. Pero pese a toda esta información, y a las constantes campañas de comunicación por parte de las instituciones públicas, Minsa, EsSalud y hasta el mismo sector privado, la gente no entiende que la pandemia no se ha terminado.
Y aunque, sí, necesitamos vivir sin miedo, y acostumbrarnos a la nueva normalidad, también necesitamos seguir respetando los protocolos sanitarios, el uso de mascarilla, el distanciamiento social, y los aforos. Lamentablemente, algunas zonas de nuestra ciudad se ven repletas de gente los fines de semana; pero precisamente esos días brillan por su ausencia los fiscalizadores, y si los hay solo se pasean como si todo estuviera normal.
Familias enteras sin respetar el distanciamiento social, parejas abrazadas o en grupos de amigos con las mascarillas en la barbilla, y ni qué decir de los vendedores ambulantes y todo tipo de comercio que se aglomera en este lugar, conocido también como Parque Infantil. No estamos en contra de que se diviertan y tengan un momento de esparcimiento, pero la comuna debe controlar el cumplimiento de los protocolos.