Para hablar y para opinar se necesita de mucho conocimiento en algunos temas, pero también de mucha sensibilidad y empatía con otros seres humanos cuando se trata sobre todo de muerte, de crimen, de vidas perdidas de una manera tan cruel y violenta.
El feminicidio es uno de ellos, a la prensa durante mucho tiempo se nos ha ‘medido’ y se nos ha analizado sobre la manera cómo tratamos las notas donde las mujeres son víctimas de abuso o de asesinatos, pues anteriormente se solía usar términos que de alguna manera justificaban al criminal dando a entender que enceguecido por un acto de traición o infidelidad había matado a su pareja, y debemos tenerlo muy claro, que en ningún lugar del mundo el feminicidio debe ser justificado.
En ese sentido, las palabras del profesor y hoy candidato a la presidencia, Pedro Castillo, quien señaló que el feminicidio “es producto de la ociosidad que genera el mismo estado”, duelen en el alma, sobre todo a las 168 familias que en el 2020 y los tres primeros meses del 2021 perdieron a sus hijas, madres, hermanas o amigas a causa de un asesino. Es indignante e irresponsable decir que por ocioso un sujeto puede agarrar un arma y quitarle la vida a una mujer, o peor aún echarle la culpa al estado de que por no promover empleo un desadaptado social puede ocasionar una barbarie como quitarle la vida a una madre de familia, a una mujer soltera e incluso a una niña.
Definitivamente, las palabras de Castillo derraman indolencia e indiferencia ante un drama que vive el país y que lamentablemente con la pandemia se ha incrementado preocupantemente. Y peor aún, que sus seguidores y algunos medios traten luego de limpiar lo que ya dijo, porque como siempre, el señor dice una cosa y horas después él mismo se desdice. ¡Más respeto a las 168 víctimas de feminicidio!