Parece que no solo la Policía Nacional ha bajado la guardia en el caótico Complejo de Mercados, donde inicialmente habían previsto otorgar su apoyo a la comuna piurana para la recuperación de las vías públicas, invadidas por centenares de ambulantes; sino también de parte de Fiscalización. La comuna piurana ha contratado a un buen número de fiscalizadores municipales para la ejecución de operativos; sin embargo, parece que el ‘contingente’ de ediles no le está dando resultados.
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Ello no solo se puede ver reflejado en el caótico y principal emporio comercial de la ciudad con la presencia del comercio ambulatorio, sino en el mismo cercado de Piura, donde apenas llega la noche aparecen los informales con sus carretillas, cajas y otros objetos para ofertar sus productos a vista y paciencia de todos; en tanto, algunos fiscalizadores caminan y caminan de un lado a otro sin inmutarse, y donde pareciera que la conversación está más interesante que el caos que se vive en las calles.
La falta de fiscalización también es aprovechada por los ‘limpiacarros’ que hacen su negocio con las zonas rígidas. Ni qué decir de los motociclistas que siguen improvisando sus paraderos en las esquinas céntricas de la ciudad, incluso cerca del Palacio Municipal.
Mototaxistas, taxistas y conductores informales en general también forman parte de esa larga lista de ‘aprovechados’ que sacan ventaja de la falta de autoridad en las calles. El alcalde, Gabriel Madrid Orue, ha anunciado el cambio del gerente de Fiscalización porque, según dijo, estaban un poco “flojos” y ahora buscan hacer frente a la informalidad. Ojalá ese ofrecimiento de campaña y que ahora vuelve a repetir se cumpla por el bien de la ciudad porque ya estamos a tres meses de culminar el año y la situación sigue siendo la misma o peor que antes.