Las bandas delincuenciales ahora han dirigido su accionar hacia la zona rural, en los caseríos y centros poblados del Bajo Piura y Tambogrande, como acaba de suceder en el distrito de La Arena, donde por robarle su motocicleta, hampones armados le quitaron la vida a un humilde agricultor, cuando retornaba en horas de la noche de regar su parcela.

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Y, es que los vándalos han encontrado su blanco perfecto en los pequeños agricultores, a quienes ya no sólo ingresan a robar en sus parcelas lo poco que han podido sembrar, sino también alzar con todo lo que pueden, incluso acabar con sus vidas.

Igual sucede en los caseríos de Tambogrande, donde últimamente los atracos son casi diarios sobre todo en la vía Sullana-Tambogrande, allí el último atraco se registró en La Peñita, donde pistoleros balearon a un joven que interceptaron en la carretera, y también asaltaron a un joven barbero a quien se le llevaron su moderna motocicleta.

Ante ello, los pobladores de la zona rural están exigiendo la presencia de la autoridad policial, que casi es nula en el campo, y son las rondas campesinas las que están haciendo frente a la delincuencia, pero lo hacen en desigualdad de condiciones, pues las bandas están armadas y ellos sólo cuentan con su látigo.

La delincuencia avanza a pasos agigantados, con bandas criminales que incluso están superando la logística de la propia Policía Nacional. Frente a ello, el Gobierno Central no puede seguir de brazos cruzados, la población exige acciones inmediatas en la lucha contra esta lacra.