Decano del Colegio de Psicólogos de Piura brinda algunas claves útiles para luchar contra el abuso sexual infantil.

“Un acosador o un violador va a aprovechar los momentos de vulnerabilidad de los menores para acercarse a ellos; por ello, las estrategias de defensa deben estar enfocadas a empoderar a los niños”. Estas fueron las declaraciones del decano del Colegio de Psicólogos de Piura, Luis Magan Malafaya, a LA HORA, acerca de los modos que pueden adoptar los padres para evitar que sus hijos puedan ser víctimas de alguna forma de acoso o violación.

De acuerdo con el psicólogo Magan, toda estrategia va a depender de la edad de los menores. “Por ejemplo, en los niños menores de ocho años, las contraseñas tienen mucha utilidad; cuando tienen más de ocho años, estamos hablando de niños que conocen el bien y el mal, lo que es correcto y lo que no; entonces, la información que los padres pueden brindarles tendría que ser mucho mayor”.

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En ese sentido, explicó que un niño de edad escolar mayor de ocho años debe tener instrucciones claras acerca del cuidado de su propio cuerpo: no permitir que nadie lo toque, salvo sus padres; que nadie pueda bañarlo, a excepción de su madre (y solamente ella), así como evitar las llamadas “recompensas”.

“Muchos acosadores y violadores acceden a los menores ofreciendo ‘recompensas’; por ejemplo, un juguete, una golosina o una mascota. Esta táctica de los violadores funciona con niños menores de ocho años, pero podría incluso servir frente a uno de diez, de acuerdo a lo visto en muchas experiencias”, añadió Magan para La Hora.

Destacó que las normas deben impartirse en casa; fuera de este ámbito, como en la escuela, otros adultos deben ser los llamados a cuidar a los menores, pero recomendó que se eviten las relaciones de dependencia. “A veces existe una fuerte relación de dependencia entre los niños y los maestros o auxiliares, y hay algunos que pueden tener algún desorden mental que los llevaría a aprovecharse de ese lazo”, precisó.

La edad es importante

“Los diferentes casos compartidos entre colegas dan a entender que la mayor cantidad de acosos y abusos ocurren en el contexto familiar. Sin embargo, también podría ocurrir en otros contextos, como la escuela. No hay una receta única, y va a depender mucho de la edad del niño para establecer qué hacer”, explicó Magan.

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¿Cómo funciona una contraseña?

En un contexto escolar, existen diversas formas de evitar que un niño sea víctima de tocamientos o violación. Un modo particularmente efectivo es emplear una “contraseña”.

Una contraseña es una palabra o información clave que solo conocen los padres y los niños, y que evita que cualquier otra persona intente acercarse a ellos o hablarles si no conoce dicha información. “Esto es útil para niños pequeños, que incluso pueden alertar a sus compañeros, porque muchas veces el acosador se acerca a un menor, pero su ‘blanco’ es otro. Si se desconoce la contraseña, el menor puede dar voces de alerta y ello llamará la atención de padres, maestros u otros adultos presentes”, señaló el decano de los psicólogos de Piura.

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Cuidado del cuerpo

Otro método es dar información directa a los niños acerca de los límites de acceso al cuerpo ajeno. Es decir, quién y de qué manera puede tocarlos.

No a los ‘regalos’

La tercera manera de actuar es reforzando la relación con los padres y pidiendo a los niños que rechacen invitaciones mediante señuelos, como juguetes, caramelos (o cualquier golosina) o mascotas. “Los niños pequeños tienden, incluso, a separarse de sus padres cuando ven a una mascota pequeña. Este es un recurso de muchos violadores para atraer a sus víctimas”, explicó.

Diversos especialistas recomiendan también investigar quién pretende obsequiar al niño algún tipo de objeto y con qué fin. “Lo que los padres deben hacer es acostumbrar a sus hijos a contar todo lo que les pasa durante el día”.

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