Moradores del barrio Punta Arenas pidieron la erradicación del camal municipal.

Un grave atentado contra la salud permite la gestión municipal del alcalde Fernando Ipanaqué Mendoza, al exponer a la población del barrio Punta Arenas a un foco infeccioso, que es en lo que se ha convertido el funcionamiento del camal municipal, ante una evidente displicencia de las autoridades encargadas de velar por la salud de la población.

Las condiciones de insalubridad en que sacrifican los animales, son por demás evidentes, situación que ha empeorado, según los vecinos, por el sacrificio de ganado proveniente de Piura.

LA HORA pudo comprobar el grado de contaminación e inmundicia que se ubica tanto en el interior como en el exterior del recinto. En el interior, las heces de los animales y las vísceras se encuentra a la intemperie y en algunos casos permanecen en el lugar hasta por una semana.

Según los vecinos, los malos olores producto de la descomposición y putrefacción, se emanan por toda la zona. Las aves de rapiña se posan sobre estos desperdicios y luego descansan en el tanque elevado de Punta Arenas, de donde la comuna provee de agua potable a la población. Esta situación que podría generar incluso una epidemia en la zona, mantiene en zozobra a los vecinos.

Según se llegó a conocer, la comuna no tendría los unidades móviles para trasladar los desperdicios. En el sacrificio se puede presumir lamentables condiciones antihigiénicas. Ganchos oxidados y líquidos contaminados están expuestos cerca de las vacas que son sacrificadas para el expendio de su carne.

Los vecinos del barrio Punta Arena anuncian una movilización en contra de la comuna ante la inacción de sus autoridades, pues aseguran que ya están cansados de vivir con esta situación durante años.

En la parte posterior del local, si bien no son en grandes cantidades, se aprecia también desperdicios en los basurales. Según la moradora, Silvia Ramos, en la gestión del exalcalde Walter Ayala Antón, los pobladores cansados de estar expuestos a los malos olores, derribaron una pared posterior con la finalidad de erradicarlos, sin embargo, la gestión anterior, le continuó dando luz verde a la asociación de matarifes y reconstruyó la paredes, prometiendo el recojo de los desperdicios pero solo fue ‘flor de un día’.

Silvia Ramos asegura que en campaña, el alcalde, Fernando Ipanaqué Mendoza paseó por los basurales cercanos a donde viven, prometiendo erradicar el camal municipal, sin embargo, han pasado cinco meses y hasta el momento no se ha acercado a constatar el grado de contaminación en el que viven, por ello pidió la intervención de Fiscalía de Prevención de Delito.