Tras herir de muerte a su padre, de una certera puñalada en el corazón, un joven mototaxista entró en crisis nerviosa y le pidió perdón a su progenitor, mientras lo llevaba a ser atendido en un nosocomio.
El parricida, vio morir en sus brazos al hombre que le dio la vida, y que él se la arrebató en un momento de ira.
El horrendo hecho ocurrió en el cruce de las avenidas San Miguel y Ricardo Palma, en el asentamiento Francisco Bolognesi, detrás del colegio del mismo nombre, donde en un ataque de ira, Junior Emilio Yarlequé Custodio (23) asesinó a su propio padre, Emilio Segundo Yarlequé Cornejo (52).
Según contó María del Rosario Custodio Chinchay (50), esposa del fallecido y madre del presunto homicida, testigo presencial del crimen; su hijo Junior llegó con unas copas de más y golpeó de manera brutal a su padre porque éste se negó a darle su mototaxi, ya que estaba prohibido desplazarse en vehículos particulares.
Sin embargo, el joven no entendía razones y cuando se disponía a llevarse el vehículo, su padre lo golpeó con un fierro en la nuca, para que se calmara y se quede en su vivienda. Esto motivó la ira de Junior, quien sacó un cuchillo y lo clavó a su padre, a pesar que éste le rogaba para que no lo lastime.
Domingo trágico
María Custodio entró en shock y se desmayó al ver el charco de sangre, luego se recuperó y pidió ayuda a su hija. Al ver que la ambulancia demoraba, Junior tomó al herido y abordó una mototaxi, con la cual ingresó a su padre al Hospital de EsSalud, donde éste llegó cadáver. Antes de fallecer, el joven pidió perdón a su progenitor, quien se lo concedió.
Al conocer la noticia, se generó un tumulto en el exterior del nosocomio, pues más de 80 vecinos generaron una airada protesta y esperaba al parricida para lincharlo. La Policía enmarrocó al sospechoso y tuvo que sacarlo por la puerta trasera, para que éste no sea agredido.
TENÍA SU TALLER
Según se supo, el fallecido trabajaba parchando llantas, donde usualmente era ayudado por su hijo, quien terminaría convirtiéndose en su asesino.
El parricida fue detenido por sus propios familiares y luego conducido al Depincri Sullana, donde permanece detenido.
Nelson Saavedra, uno de los vecinos lamentó lo sucedido y dijo que recordaba a don Emilio como una persona responsable y respetuosa. Agregó que no se explica la forma como fue asesinado, ya que era muy apegado a su hijo.