Este domingo se celebrará el Día del pollo a la brasa. En ese contexto aprovechamos para diseccionar a uno de los grandes protagonistas del sabor nacional. ¿Sabes cuántas calorías aporta? ¿Es mejor comer pierna o pechuga? Aquí resolvemos estas y otras dudas.

Primero hablemos del pollo en general. Esta carne es muy fácil de digerir. Además, contiene la misma cantidad de proteínas que la carne de res (20%) y, sin contar el pellejo, contiene solo un 3% de grasa.

 Si consumimos el pollo con todo y pellejo, estaremos ingiriendo 15% de grasa, por ello no sorprende que muchos recomienden dejar de lado esta parte de la presa.  Gracias a la técnica que se utiliza para su cocción, “gran parte de la grasa del pellejo se va a perder porque gotea hacia el fuego”.

Citando la información que publica una conocida cadena de pollerías, Wages indica que un cuarto de pollo con ensalada (sin aliño) aporta unas 510 calorías. Sin embargo, si uno lo consume con papas fritas la cantidad será mucho mayor. La nutricionista recomienda acompañarlo entonces con ensaladas o un choclo.

Parte de una dieta para bajar de peso

Aunque le sorprenda a muchos, no son pocos los nutricionistas que incluyen al pollo a la brasa (sin pellejo) en los régimenes alimenticios que diseñan para los pacientes que desean adelgazar.

¿Pierna o pechuga?

Muchos optan por ingerir pechuga porque consideran que esta es más saludable. Esto es cierto, pero solo en parte. La pierna tiene un poco más de grasa (1,24% más sin pellejo y 9,25% más sin piel), pero contiene más hierro y por ello su carne es de color más oscuro. Esta parte del pollo aporta 1,02 miligramos de este mineral, mientras que la pechuga solo tiene 0,72 miligramos.

La verdad es que la elección entre una y otra presa ha de estar motivada principalmente por el gusto del comensal.