Tras recibir un balazo en la cabeza, los médicos solo esperaban su muerte. Su madre recordó que su hijo había deseado donar sus órganos y tomó la decisión. Esta es la historia de Ángel, el joven que inmortalizó su nombre al salvar la vida de seis personas.

«Me dijeron que no había nada que hacer, solo esperar su deceso. Me nublé totalmente, pero de pronto me acordé de sus palabras», cuenta.

Fue a partir de ese instante en que Matilde Mendoza, recordó lo que su hijo Ángel Mateo (18) le había confesado en vida. Él, ahora, se encontraba postrado en una cama víctima de un balazo que le produjo una muerte cerebral.

Cuando Ángel tenía 16 años decidió expresarle a su madre su deseo de ser donante. Un año antes se había inscrito como voluntario en el hospital Edgardo Rebagliati y era catequista.

«Siempre quiso servir. Cuando supo que para donar debía tener una muerte cerebral, me dijo que siempre le pedía a Dios que así sea su muerte. Y Dios le dio esa dicha», recuerda.

De esta manera, la familia de Ángel Mateo salvó a seis personas y se convirtió en una de las 23 que permitieron la donación de órganos y tejidos de sus seres queridos en lo que va del 2019.

«Es muy doloroso y difícil, pero a la vez es satisfactorio. Ahora ves tantos niños que tienen nuevamente vida gracias a la donación», aconseja Matilde, que lleva el retrato de Ángel entre sus manos, en el que se lee: «Siempre serás mi angelito».

En Perú, solo el 13% desea ser donante

Según el Reniec, desde hace siete años, solo el 13% de peruanos consigna en su DNI su deseo de ser donante. Pese a ello, su decisión muchas veces no es respetada por sus familiares.

Tres millones 259 mil 190 sí desean donar; 18 millones 940 mil 503 no lo hacen, y otros 2 millones 572 mil 902 no especifican una respuesta.

En el 2018, fueron 62 familias de personas fallecidas por muerte cerebral las que permitieron salvar la vida de 700 pacientes.

Fuente La República