Empresa de telecomunicaciones pretendía instalar estructura.

El hecho ocurrió en Sullana, donde vecinos de la cuadra 1 de la calle Independencia y las transversales Tarata y Ayacucho, denunciaron haber sido víctimas de abuso policial, por impedir la instalación de una antena de telecomunicaciones, la cual se iba a realizar entre ‘gallos y medianoche’.

Los más de 100 agentes lanzaron proyectiles y bombas lacrimógenas, afectando a menores de edad, ancianos e incluso discapacitados que se encontraban en el lugar.

Algunos de los heridos mostraron las marcas en su cuerpo y guardaron los casquillos de perdigoneras y proyectiles de gas pimienta, como prueba de los excesos que hubo durante la intervención.

Los moradores indicaron que se les había engañado al decirles que no se iba a colocar la antena.

Pasada la medianoche, un contingente policial cercó los dos accesos a la calle donde se iba a instalar la antena. El inusual número de agentes los alarmó por lo que se reunieron en gran número para oponerse a la colocación de la infraestructura, pues suponen iba a afectar su salud.

Otro grupo mayor de policías llegó junto con la antena y los obreros que colocarían la estructura. Esto encendió los ánimos de los moradores que formaron un cerco humano para impedir la instalación, generándose empujones e insultos entre los vecinos y obreros.

PUDO SER UNA DESGRACIA

“Estaba con mi familia durmiendo, yo no tenía nada que ver con el pleito, pero salí corriendo porque me ahogaba con las bombas (lacrimógenas). Mi familia me tuvo que auxiliar, sino me hubiera asfixiado porque sufro de presión alta”, contó Celia Ramírez Riofrío (54), una de las 4 mujeres que fue evacuada al Hospital de Apoyo.

Micaela More Farfán (68), quien está postrada en una silla de ruedas, contó que estaba junto a sus nietas y tuvo que pedir ayuda a los vecinos, pues no podía desplazarse.