Una red criminal, aprovechando que el pasado 17 finalizó la declaratoria de emergencia, con métodos de terrorismo urbano trata de imponer el miedo para exigir el pago de cupos a propietarios de negocios, empresarios y emprendedores.
Los extorsionadores, temerariamente, ya no dejan balas, explosivos o dinamita en la puerta de los negocios, ahora lo hacen estallar.
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En los últimos cuatro días han ocurrido igual número de atentados en los asentamientos Pilar Nores, 9 de Octubre, Jesús María de Sullana y sector Obdulio Rivera de Querecotillo.
En los tres primeros casos hicieron estallar los cartuchos de dinamita causando daños materiales en las puertas y ventana.
Extorsiones sin respeto a la vida
Mientras que esta modalidad criminal gana terreno en la región, las autoridades no reaccionan, al no medir la magnitud de los atentados.
Los extorsionadores no tienen en cuenta que en la vivienda afectada y las contiguas viven niños, adolescentes y ancianos.
El estruendo de los explosivos y el característico olor a anfo ya no es un acto delincuencial, sino terrorismo urbano que es sancionado con todo el peso de la ley en otros países.
Desatan pánico
La noche del martes, criminales llegaron hasta una vivienda ubicada en la calle Los Pimos del asentamiento Pilar Nores, Sullana, para hacer estallar un cartucho de dinamita de mecha lenta o mecha de seguridad color verde. Aunque el propietario, comerciante de alimentos, ha indicado que no ha recibido amenazas, todo apunta que se trataría de una extorsión. Hasta el lugar, llegó personal de la UDEX.
En otro caso, pasada la medianoche del martes, extorsionadores incursionaron en la calle San Isidro del asentamiento 9 de Octubre, Sullana, para hacer detonar un explosivo en el inmueble de un emprendedor. Agentes de la UDEX llegaron hasta el local para las diligencias correspondientes.
Dos casos más
El 20 último, criminales hicieron estallar un explosivo en la vivienda de una comerciante ubicada en la calle San Juan del asentamiento Jesús María, Sullana. La agraviada es amenazada desde el 2023 por extorsionadores que operarían desde el penal Piura.
El 19 pasado, extorsionadores detonaron un cartucho de dinamita en un restaurante situado en Querecotillo. Los bandoleros dejaron un manuscrito donde aseguran que solo ha sido la mitad de un cartucho de dinamita.