El incremento en las últimas semanas de los casos de la Covid-19 e incluso la cifra de fallecidos no es sino el relajo en las medidas de protección que podemos ver en las calles; personas con la mascarilla mal puesta, o algunos sin mascarilla, las colas en los bancos y en los mercados sin el distanciamiento social reglamentario; es decir, pareciera que los millones de muertos que ha dejado el virus en el mundo, no los inmuta para nada.
Y, nuevamente, los hospitales se atiborran de pacientes, en su mayoría jóvenes que erróneamente se creyeron inmunes al virus, e incluso familias enteras que están clamando por una cama de hospital, y con el riesgo de perder la vida, pues de llegarse a agravar en este momento ya no hay camas UCI ni en el hospital regional ni en la Videnita. Aunque suene trágico decirlo, estamos nuevamente casi igual como cuando se inició la pandemia.
La situación se puede agravar aún más, si las autoridades no se muestran más drásticas por ejemplo en los mercados para exigir tanto a usuarios como vendedores que cumplan con las medidas de protección. Igual en los vehículos de transporte, sobre todo ahora que se avecinan las fiestas y las familias, pese a toda prohibición, quienes están lejos viajarán para pasar las fiestas en familia.
Que estás fiestas no sean motivo de tragedias posteriores; si bien la población no puede seguir más en confinamiento, pero por favor seamos más responsables y solidarios con los demás, no esperemos que nos tengan que llamar la atención para llevar bien puesta la mascarilla, o tomar el distanciamiento social, son medidas que nos pueden salvar la vida y la de nuestros seres queridos.