Hampones libres. Un menor de edad lucha por su vida desde un hospital y sus atacantes se burlan de la ley.
Postrado en la cama de un hospital se encuentra un escolar de 16 años de edad, quien tenía el sueño de ser policía para defender a la población de la delincuencia, esa misma que ahora lo ha dejado con un futuro incierto, producto de una bala alojada en su cerebro.
El padre del menor, Averlardo Sandoval Farroñan, contó que el pasado domingo su hijo regresaba a casa, a bordo de una mototaxi, cuando de pronto observó a dos sujetos que asaltaban a un menor de seis años de edad y luego fugaron en una motocicleta.
La víctima de tan solo 16 años, al evidenciar lo sucedido intentó perseguir a los hampones, los cuales se percataron de su presencia. Sin dudarlo, el conductor le disparó un balazo, el cual le cayó en la nariz y el proyectil se alojó en su cerebro.
RUEGAN POR ATENCIÓN
Este hecho que causó indignación entre la población ocurrió en el asentamiento Keiko Sofía, luego el herido fue llevado al hospital Las Mercedes y por la gravedad del caso derivado al hospital Santa Rosa de Piura, lugar donde a la familia le tocaría vivir en carne propia la indiferencia de algunos médicos, según contaron los familiares.
“A mi hijo no lo querían atender, decían que habían hecho mal la referencia médica, tuvimos que todos rogarles a los doctores para que lo atiendan. Me dijeron que me lo lleve porque no había camillas y no lo podían atender. Gracias a la presión mediática, logramos ingresarlo”, señaló Sandoval.
Los familiares narraron que los doctores les han indicado que el escolar, quien cursa el quinto año de secundaria en la institución educativa Las Mercedes de Paita, quedaría con secuelas y sus sueños podrían ser truncados.
“HIENAS”
El progenitor reveló que los delincuentes, que atacaron a su hijo, son sujetos de nacionalidad venezolana, quienes son integrantes de una banda que se dedica asaltar a menores de edad.
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Asimismo, que estos extranjeros, siguen libres por las calles cometiendo sus fechorías y no los han podido capturar.
“Paita hace cinco años atrás era tranquilo, podías caminar sin ningún temor, ahora en pleno centro del puerto te asaltan, existen muchos venezolanos en motos, que se pasean con armas de fuego y poco personal policial, parecen hienas hambrientas esos delincuentes”, finalizó el agobiado padre de familia.
LA HORA buscó información en la Policía, para conocer las investigaciones, pero las respuestas fueron negativas, ya que no hay cámaras de seguridad y tampoco ningún rastro que dé con el paradero de los criminales.
Los delincuentes no solo le finiquitaron los sueños al menor, sino también han provocado que su familia venda sus cosas, entre ellos televisores, equipos de sonido, celulares, todo esto para poder cubrir los gastos médicos que piden los doctores del hospital Santa Rosa.
“Desde el día domingo hasta ayer martes me he gastado alrededor de seis mil soles, las recetas son caras, mi hijo tiene seguro, pero en este hospital no tienen todo los implementos médicos. También me piden cosas innecesarias, mi hijo está en U.C.I y quieren pasta dental, cepillo de dientes, sandalias, entre otras cosas que para nosotros son innecesarias”, acotó Averlardo.
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