En la ciudad de Piura, un cráter de gran tamaño sigue siendo un dolor de cabeza para los transeúntes que transitan cerca del Club Grau Piura, una de las instituciones más emblemáticas de la región. Este hueco, ubicado a pocos metros del pórtico principal del club, lleva más de un año sin recibir atención de las autoridades locales ni de la administración interna del club, lo que ha generado malestar entre los socios y la comunidad.
Un año de desinterés y negligencia
La falta de respuesta ante este problema, visible y peligroso, ha sido motivo de indignación para los ciudadanos y socios de la institución. El cráter, que ocupa una parte de la vía principal, pone en riesgo tanto a vehículos como a peatones que diariamente deben sortear este obstáculo, a menudo con nerviosismo y preocupación por posibles accidentes. Esta situación ha sido particularmente preocupante para los transportistas, quienes deben transitar por una avenida en condiciones cada vez más precarias.
«Es una situación de vergüenza. El cráter está justo en frente de un lugar tan importante como el Club Grau, y nadie parece importarle», expresó un ciudadano, quien mostró su frustración por el desinterés que se ha mostrado hacia la comunidad y el entorno del club. La falta de compromiso no solo se refleja en la ausencia de una respuesta por parte de la autoridad municipal, sino también por la inacción de la propia institución privada que no ha hecho nada por remediar el problema.
La responsabilidad social de las instituciones privadas
Este incidente resalta un problema más grande en Piura: el enfoque de muchas instituciones privadas, que se concentran solo en sus propios intereses y se desentienden de su responsabilidad social y del bienestar de la comunidad. A pesar de que el Club Grau es una entidad privada, su cercanía con la población y su relevancia para la ciudad lo convierten en un actor clave en la mejora del entorno.
Los empresarios e instituciones deben recordar que su responsabilidad no termina en las puertas de sus instalaciones. De hecho, se espera que, como actores fundamentales de la sociedad, asuman un rol activo en el cuidado y el bienestar de su comunidad. La negligencia en este tipo de situaciones genera un sentimiento de desinterés y falta de compromiso social, lo que perjudica la imagen de la institución y el desarrollo de la ciudad.
Necesidad de un cambio
El cráter frente al Club Grau es un claro ejemplo de cómo la falta de acción y compromiso puede deteriorar la imagen de una institución. En un contexto social como el actual, donde las autoridades gubernamentales parecen no tener el control total sobre ciertos problemas, es aún más necesario que las entidades privadas asuman su rol social y se comprometan con la mejora del entorno.