¡Todos podemos ayudar! Familia y amigas de la madre de familia Socorro Román Peña, se unieron para solicitar apoyo y lograr brindarle buena calidad de vida, tras ser diagnosticada con cáncer de cuello uterino en etapa final.
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Socorro Román Peña de 50 años, fue diagnosticada a inicios del año 2023 con cáncer de cuello uterino en etapa IV. Pese a someterse a quimioterapias en otras regiones, la falta de recursos económicos limitó el acceso al tratamiento.
Actualmente, la enfermedad ya se encuentra muy avanzada, los médico le han dicho que «ya no hay nada por hacer».
Socorro nos cuenta que los dolores son, muchas veces, insoportables.
“A veces no puedo dormir toda la noche por tanto dolor. Solo me encomiendo a Dios para que el dolor pase pronto. Sé que estoy grave, pero soy fuerte porque quiero disfrutar de mis hijos, verlos unidos el tiempo que me queda de vida”, dijo sollozando Socorro.
Su hija no asiste al colegio para cuidarla
Esta valiente mujer vive en el asentamiento Salitral de Los Pinos, en el sector exPolvorines, una zona del distrito Veintiséis de Octubre, que no cuenta con servicios básicos, como agua y alcantarillado.
Socorro vive con su hija Cintia, de 18 años, quien se encuentra culminando el último grado de secundaria. Su hijo mayor Ricardo, quien es el único sostén de la familia, se encuentra lejos, trabajando, para lograr cubrir los gastos médicos de su madre.
Cintya, cursa el quinto grado de secundaria en la I.E. San Pedro, del distrito de Piura. Lamentablemente, los últimos meses ha faltado muchos días a clases ya que debe cuidar de su madre, debido a que por lo general viven solas y «solo se tienen la una a la otra».
“Aveces no puedo ir a al colegio, porque mi madre se quedaría sola, tengo que atenderla. Muchas veces tiene dolor intenso y no se puede ni mover y tengo que estar pendiente de su medicina”, señaló la escolar.
“Les pido a los profesores, al director del colegio, apoyar y entender a mi hija. Ella es la única que cuida de mí, por favor, para que no pierda el año, ya le falta poco para terminar su secundaria”, añadió Socorro.
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Desde agua hasta una cama adecuada
Socorro y su hija no perciben un sueldo fijo, y pasan muchas necesidades. Ni siquiera cuentan con un bidón de agua para su consumo diario. Compran a los «aguateros», cuando pueden, «baldes» para cocinar sus alimentos, pues no cuentan con el servicio de agua potable.
Asimismo, Socorro duerme en un catre con un colchón ya desgastado, de apenas 1 plaza, lo que empeora sus noches con dolores intensos.
Además, requiere de consejería y apoyo psicológico para sobrellevar la difícil situación en la que se encuentra. Lamentablemente, es un lujo que no puede permitirse, pues ni siquiera cuenta con una silla de ruedas para trasladarse hasta el centro médico, pues las fuerzas ya no le permiten moverse y ella “no quiere morir postrada», según sus propias palabras.
«Una silla de ruedas me ayudaría mucho para ir a la posta, al psicólogo, y también yo quiero ir a mi iglesia, compartir con mis hermanas de la comunidad. En Dios encuentro paz, pero muchas veces nisiquera tengo para un pasaje en mototaxi», mencionó.
Un rayito de luz, son sus amigas y compañeras de la comunidad cristiana, quienes no solo la apoyan con víveres, pañales y lo que pueden; también, les llevan esa calidez y apoyo emocional que ahora, Socorro y Cintya tanto necesitan.
Ayuda para madre soltera con cáncer terminal
La familia de Socorro solo quiere que la valiente mujer que sacó adelante sola a sus dos hijos durante años viva tranquila el tiempo que le queda. Es por ello que mediante este medio de comunicación apelan a las instituciones, autoridades y a aquellas personas de buen corazón para que puedan ayudarle en este difícil proceso.
Si usted desea colaborar con esta noble causa puede comunicarse a los siguientes números: 924862004, 917553974.
