La región Piura enfrenta una grave crisis hídrica, no solo en la represa de Poechos, sino también en el reservorio de San Lorenzo, que actualmente almacena apenas el 7.7% de su capacidad. Este embalse es fundamental para el riego agrícola del valle San Lorenzo y abastece de agua a diversas localidades, como Tambogrande, Malingas, Partidor y el Valle de los Incas.
Preocupación por la falta de lluvias en la región
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), a través de su oficina Zonal I, alertó sobre la falta de lluvias significativas en las zonas altas de Piura. El ingeniero Jorge Luis Carranza, representante del Senamhi, explicó que no se esperan precipitaciones importantes entre el 26 de noviembre y el 5 de diciembre de 2024.
Según el último meteorograma, solo se prevén lluvias puntuales de baja intensidad entre el 27 y el 29 de noviembre. Los registros recientes indican acumulados mínimos en las principales zonas de captación:
- Ayabaca: 0.8 mm
- Chalaco: 0.2 mm
- Sapillica: 1 mm
- Huancabamba: 1.5 mm
Esta situación agrava la ya crítica disponibilidad de agua en la región.
El impacto en la agricultura y las comunidades locales
El reservorio de San Lorenzo, que recibe agua de los ríos Chipillico, Sapillica y principalmente del río Quiroz, es vital para la actividad agrícola en la zona. La baja capacidad de almacenamiento afecta directamente la producción de cultivos y pone en riesgo el sustento de cientos de agricultores y sus familias.
Además, las comunidades que dependen del agua potable del embalse también están comenzando a sentir los efectos de la escasez, lo que podría desencadenar una crisis social y económica si no se toman medidas urgentes.
Infraestructura y sedimentación: un problema latente
Aunque el reservorio de San Lorenzo es más antiguo que la represa de Poechos, también enfrenta problemas relacionados con la sedimentación, aunque en menor medida. Sin embargo, su antigüedad y falta de mantenimiento adecuado lo hacen vulnerable a la disminución de su capacidad efectiva.
El ingeniero Carranza destacó que, pese a la gravedad de la situación, las autoridades nacionales, especialmente el Ministerio de Agricultura, han restado importancia al problema, minimizando los impactos potenciales en la agricultura y el acceso al agua en la región.