El martes 7 de enero, se registró un nuevo derrame de petróleo en la planta operada por la petrolera Olympic Perú Inc., ubicada en el caserío La Bocana, en el distrito de Colán, provincia de Paita. Este incidente ha encendido nuevamente las alarmas sobre los riesgos ambientales en la región y ha generado una pronta intervención de diversas autoridades competentes.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), dependiente del Ministerio del Ambiente, inició inmediatamente un proceso de supervisión para atender esta emergencia ambiental. A través de un comunicado oficial, el OEFA indicó que sus equipos están investigando las causas del derrame, evaluando el impacto ambiental y verificando las acciones de respuesta implementadas por la empresa petrolera. Se adelantó que se realizarán pruebas de suelo en las zonas afectadas para determinar el alcance del daño, cuyas muestras serán enviadas a laboratorios acreditados para su análisis.
En paralelo, el Ministerio Público y la Policía Nacional del Perú (PNP) acudieron al lugar para llevar a cabo diligencias preliminares en torno al incidente. Sin embargo, aún no se han emitido detalles adicionales sobre las investigaciones en curso. La comunidad local, preocupada por la recurrente problemática, espera respuestas claras y acciones concretas por parte de las autoridades.
Este derrame no es el primero que afecta a La Bocana, un caserío que ya cuenta con un historial de problemas ambientales debido a las actividades extractivas en la región. En julio de 2020, otro derrame en el Lote XIII, operado por Olympic Perú Inc., afectó un drenaje que desemboca en la Laguna del Rosario, dañando áreas agrícolas y la langostinera local, fuentes clave de sustento para los pobladores de la comunidad San Lucas de Colán. La indignación de los habitantes de la zona ante ese incidente impulsó denuncias ante el OEFA y Osinergmin, que exigieron sanciones contra la empresa.
La situación de La Bocana recuerda también el grave derrame ocurrido en abril de 2011, cuando un desastre petrolero afectó 9 kilómetros de playa y causó la muerte de aves y peces. Este suceso marcó un precedente de preocupación ambiental, que persiste hoy en día debido a la vulnerabilidad de la región frente a las actividades extractivas, las cuales han sido duramente cuestionadas por los pobladores y defensores del medio ambiente.
La comunidad de Paita sigue exigiendo responsabilidad y medidas inmediatas para evitar más daños irreparables al ecosistema y la salud pública de la región.
¿Qué dijo Olympic?
«Olympic implementó medidas inmediatas para controlar el suceso garantizando la seguridad de las personas, la comunidad, el medio ambiente y las operaciones», señaló la empresa tras el derrame ocurrido en Colán.
«Durante los trabajos de mantenimiento del pozo, se presentó el influjo de un fluido compuesto mayoritariamente por agua de formación con pequeñas trazas de crudo, debido a una acumulación de presión en el reservorio. La situación fue controlada de forma rápida y efectiva en un plazo de dos horas, siguiendo estrictamente los protocolos operativos y plan de contingencia establecido», dice el comunicado.