La farmacéutica AstraZeneca – con sede en Cambridge (Reino Unido) – difundió este domingo 20 de setiembre algunos detalles de la tercera fase de los ensayos clínicos de su vacuna experimental contra el coronavirus, que desarrolla en colaboración con la Universidad de Oxford.
Esto luego de recibir críticas por supuesta falta de transparencia en relación a dos casos de voluntarios que desarrollaron “síntomas neurológicos sin explicación”, según informa esta mañana la agencia RT.
La aparición de estos síntomas en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en el Reino Unido, obligó a la empresa a detener sus pruebas en dos ocasiones, la segunda a primeros de este mes.
AstraZeneca y la Universidad de Oxford anunciaron el sábado que reanudaron sus ensayos clínicos en el Reino Unido para hallar una vacuna contra el nuevo coronavirus y que este lunes serán retomados en Brasil, uno de los cuatro países en los que se está probando.
La vacuna desarrollada por AstraZeneca y la universidad británica de Oxford es uno de los proyectos occidentales más avanzados, probado con decenas de miles de voluntarios en el Reino Unido, Brasil, Sudáfrica y, desde el 31 de agosto, en Estados Unidos, en lo que se llama la fase 3 de los ensayos, es decir, la última, en la que se verifica su seguridad y eficacia.
La suspensión de los ensayos se decidió esta semana tras la aparición de una “enfermedad potencialmente inexplicable”, posiblemente un efecto secundario grave, en un participante en el Reino Unido.
¿Qué dice el informe de AstraZeneca?
En su informe, la empresa, señaló que “una revisión independiente” determinó que en ambos pacientes “se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna”.
Según The New York Times, esta vacuna experimental ya ha sido administrada a 18.000 personas en todo el mundo, aproximadamente.
En cuanto a las enfermedades sobrevenidas, la compañía no ha aportado muchos detalles. Se sabe que la primera participante desarrolló una inflamación de la médula espinal conocida como mielitis transversa tras recibir una dosis de la vacuna. La compañía informó del caso en julio.
Más tarde se determinó que la mujer padecía una esclerosis múltiple que no le había sido diagnosticada y que no estaba relacionado con la vacuna.
La segunda participante enfermó después de una segunda dosis de la vacuna, obligando a detener de nuevo los ensayos el pasado 6 de septiembre. AstraZeneca afirmó que su diagnóstico no había sido confirmado, pero una fuente anónima familiarizada con la situación aseguró a The New York Times que la enfermedad había sido identificada como mielitis transversa.