El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ofrecido al gobierno de Estados Unidos la posibilidad de recluir en la megacárcel de su país a criminales peligrosos, tanto migrantes ilegales como ciudadanos estadounidenses.
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Esta propuesta, anunciada por el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, ha generado un intenso debate sobre las implicaciones legales y éticas de trasladar presos a instalaciones penitenciarias en el extranjero.
La propuesta de Bukele: Una solución controvertida
Durante una reunión con Marco Rubio, Bukele expresó su disposición para aceptar la deportación de cualquier extranjero ilegal en Estados Unidos que sea considerado un criminal, independientemente de su nacionalidad. Esto incluiría a miembros de pandillas como la MS-13 (originaria de El Salvador, Honduras y Guatemala) y el Tren de Aragua de Venezuela. Además, el mandatario salvadoreño ofreció alojar en su Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) a ciudadanos estadounidenses con antecedentes criminales.
“Estamos dispuestos a acoger únicamente a delincuentes convictos (incluidos ciudadanos estadounidenses) en nuestra megaprisión (Cecot) a cambio de una cuota”, escribió Bukele en la red social X (antes Twitter). El presidente salvadoreño aseguró que la tarifa sería asequible para Estados Unidos, pero lo suficientemente significativa para ayudar a sostener el sistema penitenciario de El Salvador.
Sin precedentes
La propuesta de Bukele no tiene precedentes en la historia contemporánea. Ningún país democrático ha enviado a sus propios ciudadanos a cárceles extranjeras, y cualquier intento de hacerlo probablemente enfrentaría impugnaciones legales en los tribunales estadounidenses. A pesar de esto, Marco Rubio mostró su agradecimiento hacia Bukele, calificando la oferta como un acto de “amistad” sin precedentes.
Rubio también destacó el liderazgo de Bukele en la lucha contra las pandillas, una guerra que ha aumentado la popularidad del mandatario salvadoreño tanto en su país como en el extranjero. Sin embargo, esta ofensiva ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos, debido a las detenciones masivas sin orden judicial, que han llevado a la cárcel a miles de personas, incluyendo inocentes.
La megacárcel de El Salvador: Un símbolo de la guerra contra las pandillas
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), ubicado en las afueras de Tecoluca, es considerada la cárcel más grande de América Latina. Diseñada para albergar a 40,000 detenidos, actualmente cuenta con alrededor de 15,000 reclusos, en su mayoría miembros de las pandillas MS-13 y Barrio 18. Esta instalación se ha convertido en un emblema de la política de mano dura de Bukele contra la delincuencia.
La megacárcel, rodeada de enormes muros de concreto, ha sido elogiada por su capacidad para mantener a los criminales más peligrosos bajo control. Sin embargo, también ha sido cuestionada por las condiciones de vida de los reclusos y las violaciones a los derechos humanos.