La reciente crisis política en Francia dio un giro importante con la aprobación de una moción de censura contra el primer ministro Michel Barnier, designado por Emmanuel Macron. Con 331 votos a favor, la moción superó con creces la mayoría requerida de 288, lo que ha generado un clima de incertidumbre en el gobierno francés.
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El diputado Éric Coquerel, al presentar la moción de censura del Nuevo Frente Popular (coalición de izquierda), señaló: «Hoy votamos la censura a su gobierno, pero sobre todo marcamos el fin de un mandato: el del presidente». A pesar de que esta censura no afecta directamente al presidente Macron, cuyo mandato finalizará en 2027, su posición política se ha visto claramente debilitada. En este contexto, Marine Le Pen, líder de la extrema derecha y rival de Macron en las elecciones presidenciales, sugirió que el presidente debería reconsiderar su capacidad para continuar al frente del país.
La crisis política en Francia no es algo reciente. En los últimos años, el país ha sido escenario de protestas y movimientos sociales que han cuestionado la dirección del gobierno. La gestión de Barnier fue fuertemente criticada por su enfoque en áreas como la economía, la seguridad y la inmigración, lo que ha alimentado el descontento de la ciudadanía.
La aprobación de la moción de censura desató reacciones diversas. Mientras la oposición celebra este resultado como un paso hacia la restauración de la confianza en el gobierno, los seguidores de Barnier expresaron su frustración y pidieron unidad en este momento crítico. La situación actual deja abierta la incertidumbre sobre el futuro del gabinete.
«Pedimos a Emmanuel Macron que se vaya», expresó la diputada Mathilde Panot, del partido de izquierda radical La Francia Insumisa (LFI). Este pedido se sumó a las sugerencias de Le Pen. «Corresponde a su conciencia decidir si puede sacrificar la acción pública y el destino de Francia a su orgullo. Corresponde a su razón decidir si puede ignorar la evidencia de un repudio popular masivo», afirmó Le Pen durante el debate.
Este evento marcó un hito en la historia de la Quinta República Francesa, ya que el mandato de Barnier se convirtió en el más breve desde 1958, lo que lo coloca como el segundo gobierno en caer tan rápidamente, después del de Georges Pompidou en 1962, durante el mandato de Charles de Gaulle. Ante la imposibilidad de convocar nuevas elecciones legislativas hasta julio y sin opción a buscar su reelección en 2027, Macron parece decidido a nombrar a un nuevo primer ministro lo antes posible. Sin embargo, fuentes cercanas al presidente han señalado que aún no se ha tomado ninguna decisión definitiva.