El 13 de abril se repetirá el enfrentamiento de 2023, tras el empate técnico reflejado en los resultados de la primera vuelta de este domingo. Con el 91% de las actas escrutadas, el presidente Noboa alcanza el 44,3% de los votos, mientras que Luisa González obtiene el 43,8%. Para evitar una segunda vuelta, un candidato debía superar el 50% de los votos o tener al menos diez puntos de ventaja sobre su competidor.

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Ambos ya se enfrentaron en las elecciones de 2023, hace casi 15 meses, cuando Noboa resultó vencedor y asumió el mandato de su antecesor, Guillermo Lasso, convirtiéndose en el presidente más joven de la historia de Ecuador. González, protegida del expresidente Rafael Correa y líder del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), calificó los resultados como un «empate técnico» y celebró lo que consideró una «gran victoria». Además, hizo un llamado a la unidad de la izquierda para la segunda vuelta, especialmente invitando a Leonidas Iza, quien obtuvo poco más del 5% de los votos y podría jugar un papel clave en el resultado final.

Daniel Noboa y Luisa González avanzan a segunda vuelta

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González acusó a Noboa de haber utilizado el poder del Estado para su campaña. Noboa, por su parte, no ha hecho declaraciones al respecto. En 2023, Noboa ganó a González por un estrecho margen de 51,8% a 48,1%, lo que anticipa una nueva competencia ajustada en abril.

La repetición de una segunda vuelta presidencial con los mismos candidatos en tan corto tiempo es uno de los aspectos inusuales de estos comicios. Ecuador enfrenta altos niveles de violencia vinculada al narcotráfico, y la inseguridad sigue siendo la principal preocupación de los votantes, incluso por encima de temas económicos como el desempleo y el costo de vida, según encuestas.

Sin embargo, los analistas advierten que el contexto de este balotaje difiere del anterior, cuando Noboa derrotó a González por menos de cuatro puntos. «Son dos escenarios completamente distintos», asegura el analista político Santiago Cahuasquí. La gran pregunta es a quién favorecerá este nuevo contexto electoral.

La gestión de Noboa

Noboa alcanzó rápidamente el poder cuando el presidente Guillermo Lasso disolvió el Parlamento y convocó a elecciones anticipadas, luego de que una posible acusación de malversación amenazara su mandato. A sus 35 años, y tras destacarse en los debates, Noboa pasó de ser un asambleísta desconocido a convertirse en el presidente electo más joven de la historia de Ecuador, al asumir el cargo que correspondía a Lasso.

Noboa, con estudios en Estados Unidos y parte de una familia empresarial de Guayaquil, asumió el liderazgo en un momento crítico para Ecuador, que sufría una grave crisis de violencia asociada al narcotráfico. La tasa de homicidios aumentó considerablemente, y el presidente implementó medidas de seguridad que incluyeron declarar un conflicto armado interno y encomendar al Ejército tareas de vigilancia en las calles y en las cárceles. Aunque la tasa de homicidios bajó ligeramente, la situación sigue siendo preocupante, y muchos consideran que los resultados de su «populismo punitivo» son modestos.

En lo económico, Ecuador vivió una recesión en 2024, afectada por una crisis energética y altos índices de pobreza. No obstante, la inflación se mantuvo bajo control. Además, el gobierno logró un préstamo del FMI, lo que fue visto como un respiro para el país. A pesar de las dificultades, Noboa ha conseguido consolidar su partido, Acción Democrática Nacional (ADN), y demostrar que tiene experiencia en el manejo del Estado.

El desgaste y las controversias

El presidente de 37 años ha enfrentado varios desafíos, desde el aumento de las muertes violentas hasta conflictos diplomáticos, como el incidente con México, donde permitió que la policía irrumpiera en su embajada. Además, se ha enfrentado a su vicepresidenta, Verónica Abad, y ha sido criticado por gobernar bajo el estado de excepción en diversas zonas del país. En este contexto, sus opositores lo acusan de autoritarismo, aunque este también fue un reproche dirigido a su predecesor Correa.

La figura de Luisa González

González, de 47 años, tiene un perfil más definido que en 2023, cuando era una exasambleísta casi desconocida. Con una formación académica en alta gerencia y economía, y con una sólida carrera política como parte del gabinete de Correa, ahora promueve la idea de «revivir Ecuador» a través de un enfoque económico, pero también plantea cambios en áreas como seguridad y tecnología para combatir el crimen.

Aunque la oposición puede ahora responsabilizar a Noboa por algunos de los problemas actuales, como la crisis energética y los efectos de la política migratoria de EE.UU., González se presenta como una alternativa que podría capitalizar el descontento con la gestión actual.

Fuente: BBC