En un hecho sin precedentes, la justicia salvadoreña ha condenado a Ángel Guzmán González, un miembro de la Mara Salvatrucha (MS13), a 1400 años de prisión por múltiples crímenes. Esta sentencia marca un hito en la lucha contra las pandillas en El Salvador y refuerza el compromiso del país en su batalla contra el crimen organizado.

El Salvador: condena histórica a pandillero de la Mara Salvatrucha

El tribunal impuso esta severa condena a Ángel Guzmán González por su participación en siete homicidios y 37 extorsiones. Además, fue procesado por planificar y conspirar en 25 casos adicionales, incluyendo intentos de asesinato de nueve soldados. “La magnitud de sus crímenes refleja la violencia y el terror que las pandillas ejercen sobre la sociedad salvadoreña”, señaló la Fiscalía de El Salvador.

Además de Guzmán González, otros ocho pandilleros de la MS13, incluyendo una mujer, recibieron duras penas de prisión. Las condenas varían entre 764 y 148 años. Entre ellos, Hugo Alexander Arqueta Bonilla fue sentenciado a 764 años por homicidio agravado, extorsión y otros delitos, mientras que Carlos Eduardo Díaz Rodríguez recibió 567 años por crímenes similares.

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El régimen de Nayib Bukele y la lucha contra las pandillas

Desde que el presidente Nayib Bukele asumió el cargo en 2019, se han implementado diversas estrategias para combatir la criminalidad y las pandillas en El Salvador. El “Plan Control Territorial”, lanzado el 20 de junio de 2019, es una de las iniciativas más destacadas en esta lucha. Este plan ha llevado a la captura de más de 80.000 supuestos pandilleros y personas vinculadas a estas bandas en los últimos dos años.

El origen y evolución de la Mara Salvatrucha

La Mara Salvatrucha, conocida por su violencia extrema y actividades criminales, se originó en las calles de Los Ángeles, California, durante los años 80 y 90. Fue creada inicialmente para proteger a los inmigrantes salvadoreños de otras pandillas. Sin embargo, con el tiempo, se transformó en una organización criminal internacional involucrada en actividades como violación, narcotráfico, extorsión, contrabando de armas, secuestro y asesinato por encargo.

Presencia y actividad actual de la MS13

A pesar de los esfuerzos del gobierno salvadoreño, la MS13 sigue siendo una amenaza significativa. El portal especializado Insight Crime reporta que, aunque muchas de sus células están inactivas, al menos un tercio de los pandilleros sigue en libertad y unas 53 células siguen operando en El Salvador.

“Esto sugiere que las estructuras de la MS13 y el Barrio 18, aunque debilitadas, continúan existiendo de alguna forma”, señala el informe. En algunas zonas, estos remanentes de pandillas se dedican a la extorsión y al tráfico de drogas, aunque a una escala menor.

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Crímenes y operaciones de la MS13 en El Salvador

Las investigaciones revelaron que los crímenes cometidos por esta estructura pandillera ocurrieron entre 2018 y 2019. Durante este período, diferentes células de la MS13 recibieron órdenes de asesinar a agentes de la Policía Nacional Civil y fiscales.

“Los pandilleros de la MS13 operaban bajo un mandato de violencia sistemática contra las fuerzas del orden y civiles”, indicó un portavoz de la Fiscalía.

Extorsiones a transportistas y comerciantes

Las extorsiones fueron otra de las actividades criminales de la MS13. Las víctimas, principalmente transportistas y comerciantes de los mercados de San Miguel, eran obligadas a pagar grandes sumas de dinero bajo amenazas de muerte. En un caso destacado, a una víctima se le exigió el pago de $10,000 en una sola entrega para financiar la defensa de pandilleros detenidos. Este tipo de extorsión ha sido una de las principales fuentes de ingresos para las pandillas, permitiéndoles mantener su operatividad y expansión.

¿La MS13 es una organización terrorista?

La Mara Salvatrucha no solo es una preocupación nacional, sino también internacional. En 2012, el gobierno estadounidense incluyó a la MS13 en su lista de organizaciones criminales internacionales. Tres años después, la Corte Suprema de Justicia de El Salvador declaró a la MS13 y a la pandilla Barrio 18 como organizaciones terroristas. Esta designación ha permitido una mayor colaboración internacional en la lucha contra estas pandillas y ha facilitado la implementación de medidas más severas para desmantelar sus estructuras.

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