Mientras el extraño monolito metálico que fue hallado en el desierto del estado de Utah, en Estados Unidos, desapareció de su ubicación, el pasado viernes 27 de noviembre, ahora otra estructura metálica similar fue encontrada a miles de kilómetros de distancia, en el norte de Rumanía.
El misterioso monolito está específicamente en Batca Doamnei Hill, en la ciudad de Piatra Neamt. Se encuentra a pocos metros del conocido monumento arqueológico de las Fortalezas Dacias de los montes de Orastia, levantadas en los siglos I a. C. y I d. C. como protección contra los avances del Imperio Romano.
La estructura tiene una altura de unos cuatro metros, está hecha de un metal brillante y tiene una sección triangular. Las especulaciones y teorías sobre su procedencia no cesan pues una de sus caras está dirigida al Monte Ceahl?u, que historiadores y antropólogos consideran una montaña sagrada y refugio de Zalmoxis (antiguo Dios de los dacios).
¿Cómo llegó allí?
Aún no se sabe quién lo puso en ese lugar, pero su descubrimiento se produjo el pasado 26 de noviembre cuando una persona que salió a trotar por la zona se topó con él.
Sobre el monolito similar desaparecido en el desierto de Estados Unidos, la explicación oficial de la Oficina Federal de Administración de Tierras (BML) señala que fue retirado por desconocidos.
Con la estructura aparecida el pasado 18 de noviembre en Estados Unidos y este segundo monolito, encontrado en Rumania, internautas han recordado la película ‘2001: odisea en el espacio’.
En el filme el monolito aparece por primera vez en la Tierra en África hace tres millones de años. Arthur C. Clarke, autor del libro en el que se basa la producción, lo describe como un objeto o ente «que planta en la tierra una fuerza extraterrestre y muy superior a nosotros».
“Supongo que es un artista de la nueva ola o algo o, ya sabes, alguien que era un gran seguidor de’ 2001: odisea del espacio”, dijo a ‘CNN’ Bret Hutchins, piloto de la misión del Departamento de Seguridad Pública de Utah que halló el primero monolito.
Otra de las hipótesis sobre estos monolitos señalan que fueron instalados por el artista John McCracken.
En charla con ‘The New York Times’, su hijo, Patrick McCracken, aseguró que el artista le confesó, mucho antes de su fallecimiento, que le gustaría dejar sus obras en “ambientes perdidos y que fueran encontradas”.