Por más de una década, los familiares de Rosa María Liberto Salcedo vivieron una angustia indescriptible. Rosa salió de su casa el 26 de septiembre de 2011, rumbo a la panadería donde trabajaba, y nunca regresó.
Al enterarse de su desaparición, su hija Elizabeth Vásquez, que en ese entonces tenía 16 años, junto con su familia, hizo todo lo posible para encontrarla. Sin embargo, como sucede con demasiada frecuencia, no recibieron el apoyo necesario de la Policía Nacional.
Desde el inicio, las sospechas de la familia se centraron en su expareja, Alfiere Yovani Juárez Ventura, con quien Rosa había mantenido una relación marcada por episodios de agresión, acoso y celos. Cuando la policía lo convocó para declarar, Yovani desapareció, aparentemente huyendo de Lima. La familia lo buscó incluso en su dirección registrada en Reniec, en Ica, pero sin éxito.
PUEDES LEER ► Piura: Municipalidad licitará cobro del parqueo en el Complejo de Mercados de Piura
Con el paso de los días, meses y años, Rosa nunca dio señales de vida. Pese a ello, su familia no perdió la esperanza de volver a verla. Desafortunadamente, el desenlace fue devastador. El 15 de octubre de 2024, el dueño de la panadería donde trabajaba Rosa reportó el hallazgo de restos óseos en un pozo de su propiedad.
Una pericia de antropología forense determinó con alta probabilidad que el cráneo encontrado correspondía a Rosa Liberto, una conclusión corroborada por el especialista en ciencias criminalísticas, Danny Humpire. Tras este descubrimiento, la familia y vecinos de Rosa exigen justicia y que se capture al principal sospechoso.
Rosa desapareció a los 36 años. Su familia la recuerda como una mujer alegre y trabajadora, una madre soltera que se esforzaba incansablemente para sacar adelante a sus dos hijos. Quería que ellos crecieran con oportunidades y siempre trabajó para darles lo mejor.
Cuando conoció a Yovani Juárez Ventura, también de 36 años, Rosa tuvo la ilusión de un nuevo comienzo. Sin embargo, la relación pronto se convirtió en un calvario de agresiones y control obsesivo, lo cual no pasó desapercibido para los vecinos.
La situación se complicó aún más porque Rosa y Yovani trabajaban juntos en la misma panadería, lo que hacía difícil para ella tomar la decisión de separarse. El dueño del establecimiento confirmó haber presenciado discusiones entre ellos, pero aseguró desconocer cualquier indicio de un crimen.
Después de 13 años, mientras realizaban obras en la casa, unos obreros descubrieron el pozo donde estaban los restos de Rosa. Además del esqueleto, encontraron ropa que la familia identificó como suya.
La Unidad de Criminalística de la Policía Nacional concluyó que los restos pertenecían a una mujer de aproximadamente 38 años, con más de 10 años de antigüedad desde su muerte. Esto coincide con la desaparición de Rosa y las características de su caso.
El principal sospechoso, Yovani Juárez Ventura, de 49 años, nunca dio explicaciones a la familia. Recientemente, fue detenido en un casino de Ica por causar desórdenes bajo los efectos del alcohol, pero actualmente su paradero es incierto.
La familia de Rosa insiste en que las autoridades actúen con firmeza para localizar a Yovani y esclarecer lo sucedido. Después de años de dolor, buscan justicia para Rosa y esperan que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
El hallazgo de los restos de Rosa, aunque doloroso, ha dado un poco de claridad a una familia que vivió 13 años en la incertidumbre. Ahora, su lucha continúa, con la esperanza de que finalmente se haga justicia para esta madre que no pudo ver crecer a sus hijos