Repsol, a través de su Refinería La Pampilla, ha presentado una demanda millonaria contra la naviera italiana Fratelli D’Amico Armatori, propietaria del buque Mare Doricum. El derrame de crudo ocurrió en enero de 2022 en el mar de Ventanilla, generando un desastre ecológico. La empresa española busca una indemnización de US$197,5 millones, alegando incumplimiento de obligaciones por parte de la naviera.
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Repsol acusa a Fratelli D’Amico Armatori
Repsol argumenta que todas las pruebas periciales señalan el movimiento descontrolado e indebido del buque Mare Doricum, que provocó la ruptura de la instalación submarina de La Pampilla. Esto resultó en el vertido de más de 10.000 barriles de crudo en el mar, afectando los balnearios chalacos. La multinacional sostiene que, a pesar de la responsabilidad del capitán y Fratelli D’Amico según la legislación peruana e internacional, La Pampilla ha asumido todos los costos de remediar el litoral y compensar a los afectados.
Fratelli D’Amico Armatori busca conciliación
La naviera italiana ha respondido presentando una solicitud de conciliación extrajudicial, solicitando a La Pampilla aproximadamente 45 millones de euros por supuestos daños derivados del derrame. Este nuevo giro agrega complejidad al litigio, y se espera que las negociaciones extrajudiciales jueguen un papel crucial en la resolución del conflicto.
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Demandas externas contra Repsol
La organización Stichting Environment and Fundamental Rights en Países Bajos ha presentado demandas contra Repsol y su filial peruana, exigiendo reparaciones por un total de US$1.270 millones en nombre de más de 35.000 afectados por el desastre ecológico. Estas demandas externas complican aún más la situación legal de Repsol.
Impacto ecológico a dos años del derrame
Según el Instituto del Mar Peruano (Imarpe), a dos años del desastre ecológico, las condiciones adecuadas para la pesca artesanal aún no se han restablecido en la costa afectada. A pesar de los esfuerzos de remedio por parte de Repsol y La Pampilla, la recuperación completa de la zona costera sigue siendo un desafío.
