El 25 de enero de 2025, Trujillo vivió una madrugada de caos y alarma luego de cuatro fuertes explosiones que sacudieron diferentes distritos de la ciudad, entre ellos La Esperanza y Alto Trujillo. Estos atentados ocurrieron a pesar del reciente despliegue de fuerzas de seguridad, compuesto por más de 200 policías y militares, que buscaban frenar la creciente ola de violencia que afecta a la región.
Explosiones a pesar de la presencia militar
El ministro del Interior, Juan José Santibañez, en compañía de las fuerzas del orden, recorrió las calles del distrito de El Porvenir, conocido por ser el centro de operaciones de la banda criminal “Los Pulpos”. Sin embargo, pese a las promesas de seguridad y la masiva presencia de efectivos de la policía y el Ejército, las explosiones no tardaron en ocurrir, demostrando que las bandas delictivas operan con total impunidad.
La serie de detonaciones comenzó en la madrugada y se extendió por varios puntos de Trujillo. Vecinos de las zonas de La Esperanza y Alto Trujillo fueron los primeros en reportar las explosiones, aunque aún se investiga si todas las detonaciones fueron producto de artefactos explosivos. Los testimonios de los residentes indican que los estallidos fueron tan fuertes que los edificios cercanos temblaron, generando pánico entre la población.
Un atentado frente al Ministerio Público
Uno de los ataques más graves ocurrió cerca de la sede del Ministerio Público, en la calle Jesús de Nazareth. Un artefacto explosivo fue detonado a las 12:30 a. m. frente al edificio fiscal, causando serios daños materiales. Las ventanas del Ministerio Público fueron destruidas, y un taxi que pasaba por la zona en ese momento fue afectado por la explosión. El conductor del vehículo se encuentra gravemente herido y está siendo atendido en un hospital local.
En un principio, los vecinos creyeron que la explosión podría haber sido un acto de extorsión contra algún negocio cercano. Sin embargo, las cámaras de seguridad mostraron que el objetivo principal de los delincuentes era el propio edificio del Ministerio Público. Un sospechoso fue captado arrojando un paquete en dirección al edificio, lo que ha confirmado que se trató de un atentado directo a las autoridades.
La Policía Nacional de Perú indicó que la explosión podría haberse intensificado debido a un balón de gas que se encontraba en un negocio cercano. Sin embargo, la principal hipótesis sigue siendo que el ataque estaba dirigido a la institución fiscal, lo que sugiere una estrategia de intimidación hacia las autoridades locales.
Más atentados: Extorsiones y violencia en El Milagro
El 22 de enero de 2025, otro atentado sacudió la ciudad, esta vez en el centro poblado El Milagro, en el distrito de Huanchaco. En esta ocasión, un artefacto explosivo fue detonando por extorsionadores frente a un establecimiento de productos nutricionales. La explosión dejó serios daños materiales en la tienda y preocupó a los residentes de la zona, quienes temen que la violencia se siga expandiendo por la provincia.
Los delincuentes que perpetraron el ataque exigían dinero a cambio de no causar más daños. Este tipo de extorsiones, que han aumentado en los últimos meses, son características de las bandas criminales que operan con total impunidad en la región. Aunque las autoridades han intensificado los operativos, la situación parece estar fuera de control, lo que ha generado una creciente preocupación entre los ciudadanos.
La situación de inseguridad en Trujillo
La serie de atentados registrados en los últimos días evidencia la creciente inseguridad que se vive en Trujillo. A pesar de los esfuerzos del gobierno para combatir la delincuencia organizada, las bandas criminales siguen operando sin mayores obstáculos. La presencia de las fuerzas de seguridad, aunque numerosa, no ha logrado frenar la violencia, lo que ha generado una sensación de impotencia tanto en los residentes como en las autoridades locales.
En respuesta a esta situación, la población de Trujillo ha solicitado un mayor refuerzo de seguridad al gobierno central, que se vea reflejado en acciones más contundentes para frenar la ola de atentados y extorsiones. La preocupación es evidente, ya que las explosiones y los actos violentos se están convirtiendo en una amenaza constante para la tranquilidad de los trujillanos.
Mientras tanto, las autoridades continúan investigando los recientes atentados, pero el clima de inseguridad persiste, dejando a la ciudad de Trujillo en alerta máxima y a los ciudadanos clamando por una solución efectiva que les devuelva la paz y la seguridad.